Después del discurso optimista del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, de El Estado de la Unión, y para que llegara a tiempo de que le echaran una ojeada los ministros de Economía que se reúnen este vienes en Vilna, Oxfam ha publicado su nuevo informe La trampa de la austeridad.
La directora de Oxfam ante la UE, Natalia Alonso, explica que el informe es un llamamiento «a los Gobiernos europeos a liderar un nuevo modelo social y económico que invierta en las personas, refuerce la democracia y busque un sistema fiscal justo».
Según el informe a menos que se revisen antes del año 2025 las políticas de austeridad entre 15 y 25 millones más de ciudadanos, casi la población de los Países Bajos y Austria juntas, estarían en riesgo de padecer pobreza en Europa.
Eso elevaría el número de pobres hasta los 146 millones de personas, más de un cuarto de la población de la Unión.
Según Oxfam, tras el rescate a los bancos que costó 4,5 billones de euros la pobreza y la desigualdad han aumentado y podrían continuar durante los siguientes veinte años. Las medidas de austeridad que se pusieron en marcha para equilibrar las finanzas no han conseguido reducir el nivel de endeudamiento, como esperaban los expertos en economía que las impusieron. Tampoco han impulsado un crecimiento económico inclusivo.
Hay otras alternativas a la austeridad -dice el informe- que podrían haberse extraído de lo que pasó en Latinoamérica, el este asiático, y África subsahariana en las décadas de los ochenta y noventa con las catastróficas políticas de austeridad y recortes sociales que se impusieron allí. Algunos países de estas regiones tuvieron que empezar de cero 20 años después.
Natalia Alonso, afirma que «La gestión europea de la crisis económica amenaza con revertir décadas de progreso en materia de derechos sociales. Los agresivos recortes en la seguridad social, la sanidad y la educación, los derechos mermados de los trabajadores y un sistema fiscal injusto están atrapando a millones de ciudadanos y ciudadanas europeos en el círculo vicioso de la pobreza, que podría perdurar durante generaciones. No tiene sentido ni desde el punto de vista moral ni del económico».
Sin embargo hay otros ciudadanos a los que esta política ha favorecido «son el 10% de los europeos más ricos. Tan sólo ellos han visto aumentar su riqueza.»
España, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y el Reino Unido –los países que están aplicando las medidas de austeridad de forma más rigurosa– se encontrarán pronto entre los países con mayor desigualdad del mundo si sus líderes no cambian de rumbo -dice Alonso-. Por ejemplo, la brecha entre las personas ricas y las personas pobres en el Reino Unido y España podría equipararse a la de Sudán del Sur o Paraguay», añade Alonso.
Los autores del informe calculan que para 2018, se habrán perdido en Reino Unido más de un millón de puestos de trabajo en el sector público y las mujeres en paro serán el doble que los hombres.
En estos momentos al menos 1 de cada 10 hogares europeos con trabajo está en la pobreza. Las leyes hipotecarias españolas permiten a los bancos desahuciar a 115 familias cada día. Los jóvenes serán más pobres que sus padres y se espera que la pobreza infantil aumente en toda Europa.
En Reino Unido y Portugal los salarios han caído un 3,2 % entre 2010 y 2012, también han bajado en Italia, España e Irlanda. En Grecia el descenso ha sido del 10 %. «La brecha entre los ricos y los pobres en España y Reino Unido podría equipararse a la de Sudán del Sur o Paraguay», dice Alonso.
Según datos de la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat desde que comenzó la crisis financiera hace cinco años en los seis países que más han sufrido sus consecuencias ha pasado una de estas dos cosas: o el 10 % más rico de la población ha visto aumentar sus ingresos totales en un 10 % o los que ya eran más pobres han visto mermar sus ingresos en el mismo porcentaje