En Palma se ha firmado este lunes un documento, en el que se pide a la UE mayor atención a los territorios insulares europeos que hoy se consideran discriminados con respecto a otras regiones continentales. Sus características geográficas las pone en peores condiciones de desarrollo y sus responsables consideran que Bruselas no lo tiene en cuenta.
El vicepresidente y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves ha inaugurado la cumbre «El reconocimiento de la insularidad en la Política Regional europea» y ha destacado que tanto la Estrategia 2020 como el propio Tratado de Lisboa reconocen por primera vez la cohesión como objetivo primordial de la UE. El gobierno español dice apoyar que en el próximo marco financiero 2013-2020 se defina algún tipo de compensación para las islas a la hora de definir el reparto de fondos.
Además de dejar claro que «la insularidad es una desventaja y supone un coste», la declaración de Palma argumenta que los territorios insulares, por su situación geográfica «están expuestos con frecuencia a los riesgos inherentes a su ubicación, como la proximidad a zonas de conflicto; inmigración irregular o tráficos de diferentes tipos y exposición a la contaminación marina de origen accidental o intencionado». Son más razones para que la potenciación de las islas europeas suponga, a la vez, una contribución a reforzar las fronteras exteriores de la UE.
Otro problema añadido es la diversidad de problemas y soluciones en cada uno de esos territorios insulares, que tienen características muy distintas. Por eso, el documento también pide a Bruselas que tenga en cuenta «su dimensión geográfica o demográfica; el aislamiento; la disponibilidad de recursos naturales; el clima o incluso su historia o contexto político».
En este sentido, el director general de Fondos Europeos de Baleares, Jaume Garau, se quejaba de que la comunidad balear es la peor financiada desde Bruselas, porque su PIB per cápita supera el 75 % de la media europea, no se ubica en la ultraperiferia, como Canarias o Azores y no se considera región fronteriza por estar a más de 150 km. de distancia de otro país.
Garau, en declaraciones al Diario de Mallorca, dice que Madrid y Bruselas «tiran balones fuera. Cuando vamos a Madrid nos dicen que la Comisión no quiere más excepciones como la de la insularidad. Y cuando nos dirigimos a la Comisión Europea, nos explican que el asunto podría progresar si se tratase en un Consejo de Ministros». euroXpress