El Centro Espacial de Guayana en Kourou, a 7.300 kilómetros de Bruselas, es una ventana abierta hacia el espacio desde la que se realiza media docena de lanzamientos al año. Toda la ciudad gira entorno a las actividades relacionadas con el espacio. Técnicos de todo el mundo acuden a Kourou en función de la nacionalidad de los satélites de comunicación listos para desafiar la gravedad a bordo de un cohete Ariane 5.
«Justo aquí, puedes encontrarte con alemanes, italianos o españoles», indica Emmanuel Toko, consejero delegado del club de prensa de Kourou. «Gracias al Centro Espacial, Kourou tiene el aspecto de una ciudad típicamente europea», describe antes de añadir: «Nos consideramos un pueblo indígena amazónico, guayanenses, franceses y también europeos». Y concluye: «Los jóvenes de hoy en día lo entienden y lo sienten así y, cuando te sientes europeo, no hay razones para que no puedas conquistar el mundo».
El centro espacial ha trabajado durante los últimos tres años con cohetes rusos Soyuz y con cohetes italianos Vega, lo que refuerza la presencia de Europa. Y hay numerosos proyectos.
«Antes temíamos que con un sólo lanzador el desarrollo especial se terminara», apunta Pierre-Marie Jacquy, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Guayana y responsable de las relaciones internacionales. «Ahora que tenemos tres lanzadores diferentes, podemos ser mucho más optimistas».
Los satélites Galileo, desarrollados como parte de un programa europeo dotado con 5.000 millones de euros, se lanzan también desde Kourou. Galileo permitirá que Europa disponga de su propio sistema de navegación global y que deje de depender del sistema estadounidense GPS. Este nuevo sistema de posicionamiento tiene previsto el lanzamiento de 28 satélites, con los que debería ofrecer una precisión de un metro. Otros programas europeos como Copernicus incluyen el seguimiento de la basura espacial, la mejora de las previsiones meteorológicas, y el control medioambiental mediante satélites. Sentinel-1A, el último puesto en órbita, puede ver la Tierra de día y de noche y aunque haya nubes, para lanzar alertas ante situaciones meteorológicas extremas y cuestiones de seguridad.
«Nada sería igual sin toda esta actividad europea», reconoce Pierre-Marie Jacquy. «Se trata de empresas potentes y sólidas que invierten, crean empleo local y permiten que las empresas de la zona estén activas», afirma.
La Agencia Espacial Europea (ESA, según sus siglas en inglés) también está encantada de tener una base de lanzamientos en la Guayana Francesa no sólo por razones prácticas. «Desde una perspectiva simbólica, para nosotros es muy importante estar presentes en América del Sur», puntualiza Fernando Doblas, responsable de comunicación de ESA. «Cuando se mira desde las estrellas no se ven las fronteras, ¿verdad?»