El Código de buenas prácticas de las estadísticas europeas, modificado en 2011, fija las normas para el desarrollo, elaboración y difusión de las estadísticas en la UE y pretende garantizar la credibilidad de los datos y la independencia profesional de las instituciones que participan en su elaboración.
El Tribunal de Cuentas europeo, en un informe titulado ¿Consiguieron la Comisión y Eurostat mejorar el proceso de elaboración de estadísticas europeas fiables y creíbles?, afirma que el Código de buenas prácticas ha sido implantado parcialmente, fija normas exigentes pero carece de instrumentos sólidos de verificación y ejecución. Además, la fiscalización puso de manifiesto que no se ha logrado «un instrumento eficaz de planificación, supervisión y rendición de cuentas» en el programa estadístico 2008-2002, concebido por Eurostat.
En consecuencia, los auditores europeos piden que se refuerce «el sistema de estadísticas europeas para garantizar la independencia profesional, unos recursos suficientes y una supervisión eficaz, con sanciones y rápidas acciones de mejora para los casos de incumplimiento de las normas de calidad»; que haya obligación jurídica de cumplir el Código, que se refuerce la independencia profesional del responsable máximo de Estadística de la UE y que se simplifique la gestión de subvenciones de Eurostat.
El autor del informe, Louis Galea, señala que «la Comisión, Eurostat y los Estados miembros comparten la responsabilidad de mantener la confianza de los ciudadanos en las estadísticas europeas». De hecho, el Sistema Estadístico Europeo es una asociación entre Eurostat y los institutos nacionales de estadística de los 27.
La crítica tiene una especial importancia en un momento en que las estadísticas están marcando las políticas de la UE en la gestión de la crisis económica y financiera. El estudio del Tribunal de Cuentas argumenta en esa línea que «en casi todos los ámbitos se precisan estadísticas para la formulación, aplicación, supervisión y evaluación de las políticas previstas por los Tratados y para la recaudación y asignación de los fondos de la Unión Europea. Son cada vez más las políticas europeas directamente basadas en estadísticas y la utilización de indicadores estadísticos como fundamento de decisiones políticas o sanciones va en incremento».
Paradójicamente, el estudio echa mano de las estadísticas para recordar que, según un informe de la Comisión de 2008, el 45% de los ciudadanos de la UE declararon no tener confianza en las estadísticas económicas europeas.