Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera han alcanzado niveles de récord en 2010. Parece que la crisis financiera no ha influido en las emisiones que han seguido como si la atmósfera lo pudiera soportar todo. En 2010 el mundo ha lanzado a la atmósfera 30,6 gigatoneladas de dióxido de carbono, sobre todo por los combustibles fósiles.

La AIE estima que el 80% de las emisiones previstas en el sector de la energía para 2020 ya están cerradas, las centrales que las van a emitir están ahora en marcha o en construcción. Eso «representa un serio revés para las esperanzas de limitar el aumento global de la temperatura a no más de dos grados» ha dicho el economista jefe de la AIE, Fatih Birol.

La comisaria Connie Hedegaard, ha hecho público un comunicado en el que dice «una se pregunta cuántos datos tan preocupantes como éste necesita el mundo antes de reaccionar» y recuerda que «las promesas de los líderes mundiales en Copenhague y Cancún de permanecer por debajo de los dos grados de calentamiento, necesitan urgentemente ser correspondidas con acciones».

Europa parece ser la única que se esfuerza en cumplir sus promesas en esta materia. Hedegaard hace hincapié en que la UE cuenta con políticas específicas, objetivos vinculantes y un precio al carbono que ha hecho posible que las emisiones bajaran un 8% en el mismo periodo que en el resto del mundo subían. China e India son las responsables de la mayor parte del aumento pero también los países desarrollados.

No parece que preocupe mucho pero es preciso repetir una vez más que por encima de esos dos grados de calentamiento global está el punto de no retorno. El cambio climático será imparable y más vale que nos vayamos adaptando.