Las dos comisiones de «sabios» que ha propuesto el presidente de la República italiana han comenzado a trabajar este martes, a pesar de las críticas de políticos, ciudadanos y ciudadanas. Diez personalidades entre las que están el ministro de Asuntos Europeos, políticos de centroizquierda y centroderecha... y ninguna mujer. Una de ellas, Emma Bonino dice que estas comisiones no son un reflejo de la sociedad italiana «niegan la presencia de mujeres en la sociedad».
De las urnas no ha salido un primer ministro pero lo que sí ha resultado es que el número de mujeres en el Parlamento ha aumentado del 20 por ciento de los anteriores comicios al 31 por ciento. A pesar de eso ninguna mujer figura en las comisiones que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha nombrado para que intenten aclarar el embrollo político.
Napolitano sorprendió a todos anunciando que no iba a dimitir, va a continuar en el cargo hasta el 15 de mayo para intentar enderezar el curso político. Era una de las posibilidades que se barajaban. Entre los que le han aconsejado no hacerlo está el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que llamó a Napolitano por teléfono preocupado por un vacío de poder que habría dejado a Italia a merced de los mercados.
A los partidos no les pareció mal la idea de las dos comisiones, una política y otra técnica en un principio, pero estos días de festividades religiosas han debido reflexionar y a ninguno les viene bien ahora. Todos se han ratificado en sus posiciones iniciales que han impedido formar gobierno, excepto Mario Monti.
En el grupo de expertos se incluye un miembro del Tribunal Constitucional, el director de la agencia de estadística Istat, un miembro del banco de Italia y políticos de centroderecha y centroizquierda.
El socialdemócrata Bersani, consiguió por sus resultados en las urnas, la mayoría en la cámara baja pero no en el Senado, lo que le ha impedido formar gobierno, rechaza una alianza con Berlusconi. Grillo no quiere pactar con ninguno de los otros dos y Berlusconi quiere que se convoquen elecciones de nuevo, convencido de que podría ganar. Para eso sacó adelante una ley electoral a su medida y en su defecto no desdeñaría el cargo de presidente de la República.
El presidente Giorgio Napolitano, 87 años, antifascista y excomunista, es una personalidad muy respetada en Italia y Europa, especialmente por su gestión de los mercados financieros en 2011 que hizo caer al último gobierno de Berlusconi. Mientras tanto, Mario Monti, el gran perdedor, continúa al frente del Gobierno más de mes y medio después de los comicios.