Ni todas las normas de seguridad que promueve el organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ni las mejoras prácticas internacionales se aplican en todo los países de la UE. El informe encargado por la Comisión Europea para conocer la seguridad de las centrales nucleares de la UE recomiendan mejoras en casi todas las centrales.
A pesar de esos resultados las autoridades nacionales de seguridad no creen que sea necesario el cierre. Se han controlado 154 reactores. El informe recomienda numerosas mejoras técnicas en las centrales. Entre ellas:
Las normas corrientes de cálculo de riesgo de terremoto no se aplican en 54 centrales, ni en 62 las de riesgo de inundaciones. El cálculo de los riesgos debe hacerse sobre un periodo de tiempo de 10.000 años en lugar de otros mucho más breves sobre los que se hacen los cálculos habitualmente.
Cada central debe contar con instrumentos sísmicos propios para medir posibles terremotos y alertar de ellos, por lo general no los hay o están caducos. Se deben instalar o mejorar en 121 reactores.
En 32 reactores no hay sistemas de ventilación filtrada del recinto de contención que facilite la despresurización segura del tanque del reactor en caso de que ocurra un accidente.
Los equipos destinados a luchar contra los accidentes graves deben estar guardados en lugares protegidos incluso si se tratara de una destrucción general, de forma que se pueda acceder a ellos con rapidez. En 81 reactores no está previsto.
Debe existir una sala de control de emergencia que se pueda utilizar en caso de que la sala principal resulte impracticable debido a un accidente. En 24 reactores no existe esa sala.
A resultas de este informe para finales de 2012 los reguladores nacionales deberán elaborar planes con calendarios de aplicación que se revisarán a principios de 2013, con el fin de comprobar que las recomendaciones de las pruebas de resistencia se aplican debidamente y con transparencia en toda Europa.
En cuanto a las centrales españolas, para todas hay recomendaciones específicas, como la necesaria elaboración de planes ante la posibilidad de fuertes lluvias o temperaturas extremas. Así como la necesidad de reforzar la protección exterior ante el riesgo de inundaciones.
Además de este informe la Comisión Europea ha examinado el marco jurídico vigente relativo a la seguridad nuclear y a principios de 2013 presentará una revisión de la actual Directiva de seguridad nuclear. La principales modificaciones se centrarán en los requisitos de seguridad, el papel y las atribuciones de las autoridades reguladoras nacionales, la transparencia y el seguimiento.
Además elaborará nuevas propuestas sobre seguros y responsabilidad nucleares, niveles máximos permitidos de contaminación radiactiva en alimentos y piensos.
La CE calcula que la inversión necesaria para corregir los fallos en toda la UE podría costar entre 10.000 y 25.000 millones de euros.