Las ayudas públicas a la banca y a las pymes, que la UE autorizó en 2008, se mantendrán un año más, hasta 2012, en vista de que la situación financiera no está normalizada.
Ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha pintado un panorama mucho menos optimista que hace unos meses sobre la salida de la crisis y eso justifica que la UE permita a los gobiernos prorrogar los apoyos públicos. La situación general es preocupante y hay casos particulares, como el de Irlanda, que lo son aún más.
La Comisión ha autorizado en los dos últimos años subsidios a la banca por valor del 39% del PIB de la UE, aunque los Estados han empleado sólo el 17%. Para las pymes, se permitieron subvenciones por valor de 21.000 millones de euros. Son recursos públicos que Almunia califica de amplísimos, por lo que, a partir de ahora, se endurecerán las condiciones para acceder a ellos.
Los bancos que reciban ayudas públicas deberán presentar planes de viabilidad o reestructuración y para las pymes se quiere suprimir la subvención de 500.000 euros que los Estados podían conceder sin condiciones. Se mantendrán otro tipo de ayudas hasta que la situación del crédito esté completamente normalizada. Todavía no se ha fijado cómo quedarán las ayudas a la producción ecológica.
En cualquier caso, Almunia ha recalcado que es una decisión política que puede cambiar según evolucione la situación. Por ejemplo, habrá que tener en cuenta lo que digan futuras pruebas de solvencia a la banca. El comisario europeo considera que será necesario acelerar las reformas para impulsar el crecimiento, porque no basta con políticas de ajuste. De momento, la prórroga se mantiene durante todo el año que viene.
El Fondo Monetario Internacional en su último Informe de Estabilidad Financiera habla de un empeoramiento de la situación en Europa y cita en concreto el sistema financiero irlandés, los bancos regionales alemanes y las cajas españolas.