En el caso de España, Fitch observa aspectos negativos externos e internos para rebajar la nota de solvencia. A la inestabilidad financiera de la zona euro, con especial vulnerabilidad de España, se suma el rendimiento presupuestario de algunas comunidades autónomas, que ponen en riesgo la consolidación fiscal.
A pesar de la nota negativa, Fitch considera a España un emisor solvente y sistemáticamente importante, al que «el BCE, el FMI o el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera prestarían su apoyo para evitar una crisis de liquidez autocumplida». Considera bien encaminadas las reformas emprendidas, pero entiende que no se han completado.
La agencia ha rebajado también la solvencia dela deuda italiana un escalón, de A+ a AA-. Los argumentos son similares a los aplicados para España: inestabilidad financiera en la eurozona y posible desviación del objetivo presupuestario. Es la segunda rebaja del rating italiano en una semana. Moody's rebajó la solvencia de Italia de AA2 a A2 por el elevado nivel de deuda pública.
Precisamente Moody's ha entrado de lleno en el debate sobre recapitalización de la banca, al rebajar la calificación de 12 entidades británicas, entre ellas, las de mayor peso, Lloyds, Royal Bank of Scotland o Santander UK. La causa es la reducción significativa del apoyo gubernamental a la banca.
La agencia aclara que la rebaja no refleja un deterioro de la fortaleza financiera del sistema bancario británico, pero sí del portugués, lo que la ha llevado a rebajar entre uno y dos niveles la calificación de la deuda y los depósitos de nueve bancos: Caixa Geral de Depositos, Banco Comercial Portugues, Banco Espirito Santo, Banco BPI, Banco Santander Totta, Caixa Economica Montepio Geral, Banco Internacional do Funchal, Banco Portugues de Negocios y el Grupo Financiero Espirito Santo. Moody's asegura que los planes de recapitalización de la banca portuguesa tiene riesgos importantes de implementación.