Lagarde se ha visto obligada a matizar las declaraciones que hizo al diario británico The Guardian. «Como ya he dicho muchas veces antes, soy muy comprensiva con el pueblo griego y los desafíos que enfrentan. Ésa es la razón por la que el FMI «está apoyando a Grecia en su esfuerzo por superar la crisis actual y volver a la senda del crecimiento económico, el empleo y la estabilidad», dice la directora del FMI en su página de Facebook.
El tono usado ahora por Lagarde es muy distinto a la dureza con la que se refirió en la entrevista a los evasores de impuestos en Grecia y sus apelaciones a la responsabilidad de los ciudadanos en la crisis. Miles de ellos le han respondido a través de las redes sociales, recordando la repercusión de los recortes presupuestarios a los que obliga el rescate europeo, que se trata de un préstamo que los griegos tendrán que devolver con altos intereses o que no quieren caridad del FMI.
El dirigente de la coalición de izquierdas Syriza, Alexis Tsipras, favorito en las elecciones griegas del 17 de junio, harespondido a Lagarde que «lo último que buscamos los griegos es su comprensión. Los trabajadores griegos pagan sus impuestos, lo cual es insoportable». Tsipras recomienda a la directora del FMI que sobre los evasores de impuestos pregunte a los grandes partidos griegos, Pasok y Nueva Democracia, por qué durante dos años no han tocado al gran capital y han ido a la caza de los trabajadores. El líder del PASOK, Evangelos Venizelos, ha calificado de «insulto» las declaraciones de Lagarde y ha dicho que «nadie puede humillar al pueblo griego».