Las tensiones entre Kosovo y Serbia continúan. Kosovo ha prohibido la importación de bienes serbios en respuesta al veto impuesto por Serbia a sus productos, país que no reconoce la soberanía de su ex provincia ni sus símbolos estatales, como los sellos aduaneros. Pese a la prohibición, las mercancías serbias habían seguido entrando por los pasos fronterizos del norte de Kosovo, donde se concentra la mayoría de población serbia, que sigue fiel a Belgrado.

Durante la operación de toma de los puestos se produjo un tiroteo entre los agentes kosovares y la población serbia de la localidad de Zupce, durante el cual un policía fue gravemente herido y falleció más tarde en el hospital. Las fuerzas especiales de la Policía kosovar, que ocuparon el lunes dos pasos fronterizos con Serbia, se han retirado de la zona, aunque se mantiene la tensión.

La Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, condenó este jueves los violentos incidentes ocurridos en el norte de Kosovo en los últimos días y pidió a las partes implicadas que retomen el diálogo. «Condeno en los términos más duros la violencia ocurrida en el norte de Kosovo. Estos últimos incidentes son inaceptables», indicó la jefa de la diplomacia europea en un comunicado.

Ashton se refirió a las víctimas de los enfrentamientos y transmitió sus condolencias a familiares y allegados.

Para la alta representante de la UE, «Belgrado y Pristina tienen la responsabilidad de desactivar las tensiones y restablecer la calma y seguridad». Asimismo, indicó que ha conversado con el presidente serbio, Boris Tadic, y el primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, a quienes ha expresado en nombre de la UE su preocupación y ha afirmado que «es fundamental para ambas partes que retomen el diálogo y resuelvan las cuestiones pendientes sin ningún retraso».

La alta representante de la UE apoyó, por otra parte, los esfuerzos de EULEX (la misión policial de la Unión Europea en Kosovo) y de las fuerzas de paz de la OTAN (KFOR) en la zona.