Todos los miembros del bloque se comprometieron a «usar la ayuda presupuestaria de forma efectiva para contribuir a reducir la pobreza, hacer esta asistencia más predecible e incentivar a los beneficiarios a diseñar políticas de desarrollo y reformas».
Oxfam, entre otras organizaciones no gubernamentales que defienden la ayuda presupuestaria, aplaudió la decisión del Consejo. «Es la primera vez que los Estados miembro reconocen los beneficios de la ayuda presupuestaria», afirma la experta en desarrollo de Oxfam, Catherine Olier.
La decisión del Consejo concuerda con estudios que muestran la efectividad de esa modalidad de asistencia para reducir la pobreza. En diciembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un informe que muestra los efectos positivos de la ayuda presupuestaria en Zambia, Túnez y Mali.
En los tres países se obtuvieron importantes logros en la universalización de la educación, el aumento de la participación de las niñas y el acceso de estudiantes de zonas pobres. En Zambia, el mejor servicio de salud hizo que disminuyera la incidencia de tuberculosis, malaria o paludismo y diarrea. También redujo la mortalidad materna e infantil.
Catherine explica que «con la ayuda presupuestaria se delega al país beneficiario la responsabilidad de gestionar los fondos de acuerdo a sus necesidades. De esa forma puede financiar costos vitales y recurrentes» y, añade «Le permite pagar a médicos y maestros a lo largo de varios años. Puede cubrir los costos de fármacos y tratar enfermedades. La asistencia en base a la financiación de proyectos es menor en el tiempo y, por lo tanto, menos predecible. No puede cubrir el costo de médicos y maestros a largo plazo, que es exactamente lo que necesita un país en desarrollo».
La decisión de los ministros de Desarrollo de la UE ha sido una sorpresa. Esta, era una modalidad de ayuda muy cuestionada porque, según numerosos críticos, favorecía el aumento de la corrupción en el país beneficiario. «No hay método de asistencia sin riesgo», reconoce Olier. «Pero en este caso hay mucho miedo que no está justificado. De hecho ocurre lo contrario. Varios estudios demuestran que la ayuda presupuestaria es una buena forma de combatir la corrupción de manera efectiva. No es un cheque en blanco. Implica un diálogo sobre políticas. Los donantes se relacionan con los gobiernos beneficiarios. Estos se hacen responsables ante sus ciudadanos, el parlamento y la sociedad civil», explica.
Según las conclusiones del estudio de 2011 de la OCDE en Túnez, Zambia y Mali, «la ayuda presupuestaria contribuye a mejorar la responsabilidad y la transparencia de los procesos presupuestarios y es una asistencia válida para la implementación de reformas, cuando gobiernos y ciudadanos están comprometidos activamente en ello».
Los ministros de Desarrollo de la UE aprobaron en la misma reunión, un nuevo plan para estimular la prevención de hambrunas en el Cuerno de África. Desde julio de 2011, más de 13 millones de personas sufren las consecuencias de una grave sequía. Para evitar una nueva crisis, la UE lanzó el proyecto conocido como Share (acrónimo en inglés de apoyo a la resistencia en el Cuerno de África). Con esta iniciativa, el bloque apunta a mejorar la transición de una ayuda de emergencia a una asistencia al desarrollo a largo plazo.
«Más de 400.000 personas han firmado la petición que urge a los líderes a romper el círculo de hambre y a actuar en el Cuerno de África. Esperamos que la UE pueda ofrecer más fondos para esta importante iniciativa. Los Estados miembro también deben dar un paso al frente», reza un comunicado de Eloise Todd, directora de la organización internacional ONE.
«Este proyecto es innovador», dice la directora de la oficina de Oxfam Internacional para la UE, en Bruselas, Natalia Alonso. «Hasta ahora, la respuesta de emergencia a las crisis humanitarias se ha limitado a cubrir las necesidades más urgentes. Con el nuevo plan, los esfuerzos no se gastarán solo en la alimentación complementaria para niños desnutridos, sino también para animales de cría comunitarios», y explica «Así, cuando termine la crisis, la comunidad seguirá teniendo los medios para ganarse la vida. Eso significa construir resiliencia: adaptarse a la situación, pero con perspectivas de futuro».