Esther Herrera / Bruselas
Las elecciones arrancan este jueves en algunos Estados miembros. Los votantes de los Países Bajos y Reino Unido están llamados a las urnas el 22 de mayo y todo indica que los partidos euroscépticos y/o xenófobos se encontrarán entre las fuerzas más votadas.
El Partido de la Libertad, del holandés Geert Wilders, según los sondeos aspira a ser una de las fuerzas más votadas, en las pasadas elecciones obtuvo cuatro eurodiputados. La agrupación de Wilders forma la coalición Alianza Europea para la Libertad (AEL) con el Frente Nacional de Marine Le Pen.
Ambos partidos no sólo aspiran «a una disolución concertada de la zona euro», también son contrarios a las políticas migratorias de la UE y han expresado abiertamente su rechazo al Islam. Sin embargo, los franceses han hecho declaraciones claramente antisemitas; por el contrario, los holandeses, siempre han mostrado sus simpatías por la comunidad judía. Pese a todo, ambas fuerzas quieren unirse y, según las últimas encuestas, podrían formar grupo parlamentario.
Por su parte, el candidato del Partido Popular Europeo, Jean-Claude Juncker afirmó ayer en su último debate junto al socialista Martin Schulz, que si debe aliarse con los euroscépticos para ser presidente de la Comisión, preferiría no serlo.
Ciertamente, el antieuropeismo ha estado presente durante toda la campaña, y se les ha preguntado a menudo en los debates y entrevistas a los candidatos a presidir la Comisión Europea. Beppe Brillo y su Partido Cinco Estrellas pide abiertamente la salida de Italia de la Unión Europea, pero también el UKIP, liderado por Nigel Farage. En todo Reino Unido se pueden ver carteles de la bandera europea en llamas dando paso a la Union Jack. No obstante, los ingleses siempre han deplorado la línea xenófoba de la AEL y nunca han formado parte de la coalición.
En caso de que finalmente la coalición Le-Pen/Wilders consiga suficientes votos tendría entre sus filas también al Partido de la Libertad de Austria. Un partido que pasó de ser liberal en sus inicios a finales de los años 50 a dirigirse hacia la extrema derecha en los 80. Durante la campaña apoya abiertamente la prohibición de la inmigración proveniente de los países musulmanes. A principios de abril, el cabeza de lista del partido para las europeas, Andreas Mölzer, tuvo que dimitir a raíz de sus comentarios racistas. En las últimas elecciones, contó con dos eurodiputados.
El Estado que acoge a las instituciones europeas, Bélgica, también cuenta con el Vlaams Belang, partido que aboga por la independencia de Flandes y por el fin de la inmigración. Asimismo, también considera que la UE es «un monstruo administrativo» y que «acaba con nuestras libertades».
El país más castigado por la austeridad, Grecia, también ha visto en los últimos años un auge de los partidos de extrema derecha: el LAOS y Amanecer Dorado. El primero, euroscéptico y antiinmigración contó en las últimas elecciones con dos eurodiputados, milita en especial contra la entrada de Turquía en la UE. Es posible que acabe formando grupo con el Frente Nacional de Le-Pen. Amanecer Dorado, sin embargo, es abiertamente un partido nazi, y defiende la superioridad de «la raza blanca». La coalición de Le-Pen niega cualquier posibilidad de alianza con el partido griego.
El Movimiento para una mejor Hungría (Jobbik) se presenta bajo el símbolo de euroscepticismo y nacionalista. Sus intengrantes han sido acusados de actos criminales contra la comunidad romaní del país y ha sido a menudo tachado de antisemitismo. Le-Pen ha rechazado que forma parte de su grupo parlamentario.
Los países nórdicos se presentan a estas elecciones con partidos también de ultraderecha, euroscépticos y antiinmigración en Finlandia, Suecia y Dinamarca. En los tres países apuestan por la salida de la UE y son contrarios a los rescates de Estados miembros, en especial de Grecia.