Este martes en una intervención en la cadena estadounidense CNBC, Rehn, ha asegurado que no tiene ninguna duda de que los líderes políticos de Alemania están comprometidos con el euro y ha asegurado que para él está claro que tanto la Unión Europea (UE) como el Banco Central Europeo (BCE) «están listos para tomar medidas una vez que se cumplan ciertas condiciones y si hay una petición de algún Estado miembro».
Rehn no ha dicho qué países podrían pedir esa ayuda.»Estos instrumentos, que permiten la intervención en los mercados de deuda cuando sea necesario, deben seguir a la petición de un Estado miembro», decía este lunes en un artículo que publicaba en el diario The Wall Street Journal titulado «Cómo construimos la Unión Monetaria Europea 2.0».
Rehn señala en el artículo que a la petición de los Estados le seguirán unas exigencias que marcarán los líderes nacionales y a nivel europeo mientras que la Comisión Europea está preparada para llevar a cabo la supervisión del cumplimiento.
Para garantizar que las ayudas sirvan para rebajar de manera efectiva las primas de riesgo de forma duradera, sólo se concederán a Estados «que apliquen buenas políticas presupuestarias, adopten reformas estructurales a favor del crecimiento y el empleo y respondan a desequilibrios macroeconómicos».
En cuanto a las tan traídas y llevadas declaraciones del presidente del BCE Mario Draghi, el vicepresidente de la Comisión Europea las aplaude y afirma que la institución seguirá siendo «un ancla» para la estabilidad.
Ha avanzado que para fin de año la CE presentará una hoja de ruta para alcanzar una unión económica auténtica que refuerce la unión monetaria ya existente. Refiriéndose a los eurobonos, Rehn dice que a la vez que se profundiza en la mutualización del riesgo económico, habrá que hacerlo en la «integración del proceso de toma de decisiones», algo que «no será fácil de traducir en acciones concretas».
El comisario, reconoce que la eurozona se encuentra «en un momento decisivo, no sólo por la crisis de la deuda, que ya dura tres años, sino en sus trece años de historia», pero cita como avances el rescate de Irlanda y de Portugal, e incluso el de Grecia.
En cuanto a España, aprueba las medidas adoptadas por el Gobierno y señala que el rescate de los bancos debe servir para que una vez reestructurados y recapitalizados se regulen de una manera efectiva y tengan una rigurosa supervisión.
Recuerda que Estados Unidos y la Unión Europea están «juntos en esto», y anima a las dos partes a trabajar unidas para salir más fuertes de la actual crisis.