La Unión Europea se ha atrevido a decirle a China cómo debe hacer ciertas cosas y China ha parado en seco las recomendaciones. Esta vez las diferencias han quedado claras en la cumbre UE-China, que ha tenido lugar en Nanjing. Pekín no consiente recomendaciones de Europa.
La UE considera que la moneda china, el yuan, está muy debajo de su valor y había pedido una apreciación gradual y ordenada. En la cumbre de Nanjing, el primer ministro chino, Wen Jiabao, ha sido tajante al afirmar que precisamente no haber dejado fluctuar el yuan ha facilitado la recuperación económica mundial. Jiabao considera que su posición es una medida defensiva ante el proteccionismo que, a su juicio, practican tanto Estados Unidos como Europa.
El todavía comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, ha dicho que mantener el yuan por debajo de su valor es lo que está generando tensiones proteccionistas. No hay paso atrás de Pekín. Su primer ministro resuelve con el consejo de que ambas partes deben actuar como amigos y no como rivales.
Aún más. El presidente de turno de la Unión, el sueco Fredrick Reinfeldt, ha dicho que la situación de los derechos humanos en China sigue siendo motivo de preocupación. No ha habido declaración por parte china, pero Wen Jiabao ha resumido bien: «La UE es la economía más grande del mundo y China, el país en desarrollo más grande del mundo. Una buena cooperación interesa a ambas partes».
El presidente de la Comisión europea, José Manuel Durao Barroso, ha querido quitar hierro a los enfrentamientos que hoy se han puesto sobre la mesa. «Demuestra que nuestra relación se desarrolla sin complejos, pero también sin rivalidades». euroXpress