El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha advertido de que «minar el libre movimiento perjudica al mercado interior, la solidaridad en Europa y el mismo proyecto europeo».
Barroso ha insistido en que la decisión del gobierno de Dinamarca de reintroducir controles en las aduanas es una «gran preocupación» para Bruselas y ha insistido en que vigilará que se respete el Tratado de Schengen.
El jefe del ejecutivo comunitario ha recordado que Dinamarca garantiza que no tiene intención de incumplir la legislación europea, pero aun así, la Comisión estará vigilante para constatar que se respeta el principio de libertad en toda Europa.
En la misma línea, el primer ministro polaco, Donald Tusk, presidente semestral de la UE, ha calificado de «respuesta equivocada» la decisión danesa y ha dicho que trabajará para «evitar que se construyan nuevas barreras internas en el territorio de la UE».
Entre los grupos parlamentarios ha habido respuestas de todo tipo. Desde la ironía del Partido Popular Europeo que ha dicho que si Polonia cumple tratará de prorrogar su mandato al frente de la UE, ya que le tiene que pasar el testigo de la presidencia rotatoria a Dinamarca, hasta laqueja de socialistas y liberales contra las «soluciones nacionalistas» a la crisis migratoria.
Aparte, el euroescéptico británico Nigel Farage, ha aplaudido las medidas tomadas por Copenhague, y ha tachado al Tratado de Schengen de «irresponsable»por avanzar en la desaparición de fronteras.