Por Thalif Deen
La crisis económica mundial ha provocado una reducción en el gasto militar de Occidente durante 2012, mientras que las naciones emergentes han incrementado sus inversiones en armas. Un estudio divulgado esta semana por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) muestra una caída en el gasto en defensa el año pasado en Estados Unidos, Europa occidental y central, Australia, Canadá y Japón.
Esta disminución, la primera registrada desde 1998, se atribuye a las políticas de austeridad aplicadas en varios países occidentales para combatir el déficit fiscal. «Estamos viendo lo que podría ser el comienzo de una inclinación en la balanza del gasto militar mundial, pasando de los países ricos occidentales a las regiones emergentes», explica el director del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, Samuel Perlo-Freeman.
Desde la crisis financiera mundial de 2008, 18 países de la Unión Europea, en su mayoría miembros de la Organización de la OTAN, han recortado sus inversiones en defensa más de 10 por ciento en términos reales. Y, a pesar de esas reducciones, la OTAN gastó en conjunto un billón de dólares.
Estados Unidos y sus aliados siguen siendo los que más gastan en armamentos. Washington, el mayor inversor de armas del mundo, anunció hace unos días un presupuesto de defensa para este año de 526.600 millones de dólares, lo que significa una reducción de 3.900 millones respecto del aprobado el año pasado. Estados Unidos prevé «sustanciales recortes» este año para sus fuerzas armadas, que en los últimos años han participado en largas operaciones militares en Afganistán e Iraq.
Estas reducciones, sin embargo, fueron «sustancialmente compensadas» con mayores gastos en Asia, Europa oriental, Medio Oriente, el norte de África y América Latina, según el SIPRI. China, el segundo país que más ha invertido en 2012, ha incrementado sus gastos un 7,8 por ciento (11.500 millones de dólares) respecto del año previo. Rusia, el tercero, los ha aumentado un 16 por ciento (12.300 millones).
Según el estudio, el gasto mundial en defensa totalizó 1.75 billones de dólares en 2012, una caída de 0,5 por ciento en términos reales respecto de 2011. Consultado sobre si el gasto militar era principalmente en compras de armas al exterior o a industrias locales, Perlo-Freeman explica que las cifras incluyen ambas fuentes. Señala que había muy pocos países en el mundo que dependían exclusivamente de sus industrias locales para la «mayor parte» de su equipamiento militar. Estos son Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, España, Suecia, Japón y posiblemente China e Israel.
Sin embargo, muchos más países, aunque producen parte de sus armamentos, dependen de las importaciones para la mayoría de sus equipos de defensa. En Asia, China tiene una industria cada vez más avanzada, capaz de producir todo tipo de equipamiento. Ese país ha podido paulatinamente darse el lujo de evitar comprar armas rusas, de las que dependía. No obstante, Pekín aun debe importar. Corea del Sur también tiene una fuerte industria en desarrollo, aunque todavía debe importar de Estados Unidos, en particular aviones de combate avanzados.
India cuenta con una gran industria armamentística, pero no muy efectiva, probablemente debido a la burocracia administrativa. Perlo-Freeman destaca que «a pesar de décadas de esfuerzos, (los indios) no pudieron desarrollar su propio sistema de (fabricación de) armas avanzadas». En tanto, Singapur tiene una significativa industria, con fortaleza en ciertos nichos, pero todavía importa la mayor parte de su arsenal. Hay muchos otros países asiáticos con niveles de producción un poco más bajos, como Indonesia. «Y Corea del Norte, por supuesto, tiene una gran industria, aunque es un caso bastante especial», indica Perlo-Freeman.
En Oriente Próximo, Israel cuenta con una industria muy avanzada, especialmente en algunas áreas. Por ejemplo, ese país es el líder mundial en la fabricación de vehículos aéreos no tripulados. No obstante, fundamentalmente gracias a la ayuda militar estadounidense, Israel importa grandes aviones de combate que aún no produce. «Ciertamente podrían fabricarlos, pero ¿por qué molestarse si los obtienen de Estados Unidos?», explica el experto.
También señala que Turquía tiene una industria desarrollada en algunas áreas, pero todavía importa la mayor parte de su armamento. Irán también posee una industria propia, aunque no muy avanzada, y durante el pasado ha tenido que importar mucho de Rusia. Ahora las compras de Teherán se ven afectadas por las sanciones internacionales que le impusieron a causa de su programa de desarrollo nuclear.
Emiratos Árabes Unidos y Jordania producen algunos vehículos blindados, pero aún importan la gran mayoría de sus armas. Brasil y Sudáfrica son los únicos países con una significativa industria en América Latina y África respectivamente, pero también tienen que comprar al exterior la mayoría de sus armas.