Por corresponsales IPS/Al Jazeera/ DOHA,(IPS) - Soldados de Malí han derrocado al presidente Amadou Toumani Touré tras tomar el control del palacio de gobierno y el canal de la televisión estatal. En un comunicado leído este jueves en ese mismo canal, los amotinados dijeron que el nuevo Comité Nacional para la Restauración de la Democracia y el Estado había disuelto las instituciones, suspendido la Constitución e impuesto un toque de queda «hasta nuevo aviso».
El Comité «decidió asumir sus responsabilidades poniendo fin al régimen incompetente de Amadou Toumani Touré», anunció Amadou Konare, portavoz del Comité. Una fuente militar leal al régimen y dos diplomáticos han dicho a Reuters que creían que Touré se había refugiado en un campamento militar administrado por soldados leales. El jerarca de 63 años tenía previsto renunciar tras los comicios presidenciales programados para el 29 de abril.
El capitán Amadou Sanogo, presidente del Comité, apareció en la televisión estatal para llamar a la calma. A primera hora de este jueves se produjeron disparos con armas pesadas en Bamako, y los amotinados, que se quejan de falta de armamento y recursos para afrontar la rebelión tuareg en el norte del país, obligaron al canal estatal a suspender la transmisión.
La condena internacional ha sido inmediata. Francia ha suspendido la cooperación con su excolonia, y la Organización para la Cooperación Islámica ha expresado su «conmoción extrema» por el golpe de Estado en un país que en los últimos años había logrado un buen desempeño democrático.
Por su parte, Estados Unidos exigió el «inmediato restablecimiento» del régimen constitucional en Malí, mientras que la Unión Africana condenó las acciones de los militares. Horas antes de que anunciaran haber tomado el poder, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, había llamado a la calma y pedido que los problemas se resolvieran democráticamente.
«Definitivamente un golpe»
Los amotinados aseguran haber cerrado todas las fronteras del país, y uno de ellos dijo a la agencia de noticias AFP que habían tomado el control del palacio de gobierno. También señalaron que Soumeylou Boubeye Maiga, ex ministro de Relaciones Exteriores, estaba entre los capturados. Los soldados agregaron que habían detenido a jefes militares leales al gobierno en un cuartel ubicado en la ciudad de Gao.
El periodista Ayo Johnson, fundador y director de Viewpoint Africa, dijo a Al Jazeera: «Los soldados necesitan hallar una manera pacífica de resolver los problemas con el gobierno, pero parece que no se van a retractar y esto es definitivamente un golpe». Añadió que «el resto de África estará bastante molesto y atribulado, porque el problema de Malí con los rebeldes tiene lugar desde hace casi 20 años y nunca se resolvió verdaderamente».
Niakoro Yeah Samake, candidato para las inminentes elecciones presidenciales, declaró a Al Jazeera que la capital estaba «muy calma» pese a «algunos tiros aquí y allá». Samake condenó el golpe y dijo esperar que de todos modos se realicen las elecciones el mes próximo.
La ira va en aumento
El golpe es el resultado de un creciente malestar castrense por el manejo dado por el gobierno a la rebelión tuareg, que mató a decenas de personas, obligó a otras 200.000 a huir de sus hogares y expuso la falta de control que existe en el norte del país. Los rebeldes tuareg buscan establecer una patria independiente en esa zona.
Nii Akuetteh, analista independiente de políticas africanas, dijo a Al Jazeera que durante algún tiempo el ejército estuvo disconforme por la falta de recursos. Muchos en las filas castrenses y en la población del sur del país «sienten que el presidente no armó al ejército adecuadamente y perdió tropas clave en el norte», dijo Akuetteh. «Ellos mantienen que el presidente no está luchando con la fuerza suficiente», agregó.
Durante varias semanas, los soldados pidieron al gobierno mejores armas para enfrentarse a los rebeldes, que son impulsados por excombatientes de la guerra civil del año pasado en Libia. Hashem Ahelbarra, de Al Jazeera, dijo que los hechos de Malí son «consecuencia directa de lo ocurrido en Libia». Los soldados que habían luchado junto a los leales a Muammar Gadafi volvieron a Malí «inspirados por una idea histórica de establecer un nacionalismo subsahariano», señaló.
Touré es un excomandante de paracaidistas que en 1991 derrocó una dictadura mediante un golpe de Estado, y que renunció al poder un año después. Volvió al cargo a través de las urnas en 2002 y fue reelegido en 2007.