Europarlamento y Estados han agotado el plazo sin éxito. A las 12 de la noche del lunes, 15 de noviembre, se cerró la negociación para aprobar el presupuesto de la UE de 2011 y no hubo acuerdo. Algunos países se niegan a dar más voz a la Eurocámara en la futura financiación de la UE.
Los eurodiputados habían aceptado previamente rebajar el aumento en las cuentas del año que viene desde un 6%, que era su petición inicial, hasta el 2,9% que reclamaban los Estados, para ser consecuentes con los planes nacionales de austeridad. A cambio, la Eurocámara, alega las nuevas competencias de igualdad que le otorga el Tratado de Lisboa y pide que se le tenga en cuenta en las discusiones del marco financiero plurianual para después de 2013 y que los 27 abran un debate para aumentar los recursos propios de la UE, es decir, la implantación de un nuevo impuesto europeo.
«Lamento que un pequeño número de Estados miembros hayan cerrado la puerta a un acuerdo sobre el presupuesto 2011», ha dicho el presidente del Parlamento, Jercy Buzek. Aunque una mayoría de socios estaban dispuestos a ceder en el equilibrio de poderes, Reino Unido lideró la negativa y le siguieron Holanda y Suecia.
Cabe aún la posibilidad de que la Comisión europea presente una nueva propuesta, pero el tiempo para negociar es escaso, de modo que todo indica que la solución posible la tomen los jefes de Estado y de gobierno de la UE en la cumbre de diciembre.
Si no se consigue el acuerdo antes de fin de año, se prorrogarán las cuentas de 2010, mediante un sistema conocido como «las doceavas partes», que permite un gasto mensual de hasta una doceava parte de los créditos existentes en el presupuesto anterior.
La Comisión ya ha advertido de las consecuencias que tendrá el fracaso en las negociaciones porque algunos de los mecanismos estrella puestos en marcha por la UE, como el Servicio de Acción Exterior o el sistema de supervisión financiera, quedarán sin financiación.