Decisión injusta, interesada y sin fundamentos. Con más diplomacia y tacto, eso es lo que los líderes comunitarios han venido a decir a las agencias de calificación, cuya decisión sobre Portugal tuvo este miércoles repercusiones nefastas para los países del euro, especialmente España.
El presidente del ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ante el pleno de la cámara de Estrasburgo, dijo que el análisis de la situación de Portugal que hace la Comisión es un poco mejor, más refinado. Barroso defendió las medidas aprobadas por los 27 para Portugal y recordó que es un programa sometido a revisiones y aún no ha dado tiempo siquiera a hacer la primera.
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rhen, lamentó la decisión e Moody's y argumentó que el nuevo gobierno portugués se apresura a aplicar medidas de ajuste adicionales. Su portavoz, Amadeu Altafaj, habló con ironía de la «clarividencia» de la agencia, cuya decisión introduce un elemento de incertidumbre. «En el caso de Portugal, tenemos que dar al menos una oportunidad al país, en particular el nuevo Gobierno que tiene la responsabilidad de aplicar el programa para que demuestre su determinación de aplicar todas las medidas contenidas en el programa de ajuste», dijo el portavoz económico de la CE.
Pero no solo las instituciones comunitarias criticaron a las agencias. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, dijo ayer que hay que abrir el «oligopolio» que forman las empresas Standard & Poor's, Fitch y Moody's, conocidas como las tres grandes, que tienen una enorme capacidad de influencia a pesar de los serios errores de calificación que han tenido desde que comenzó la crisis financiera en 2008.
El susto que provocó ayer Moody's ha reabierto el debate sobre la oportunidad de contar con una agencia de calificación europea, al margen de las estadounidenses que dan la nota máxima a Estados Unidos, aunque sus niveles de déficit y de deuda sean peores que los del conjunto de la eurozona. Barroso reiteró ayer en Estrasburgo que el ejecutivo comunitario lo está estudiando.
El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, pidió a las agencias que sean «extremadamente cuidadosas con las reglas de la UE» y recordó que prepara nuevas normas para regular su actuación.