El ejecutivo comunitario publicará el próximo viernes sus previsiones económicas de primavera, en las que, previsiblemente, rebajará las cifras de crecimiento para España este año y en 2013. Ésa será la razón que podrá esgrimirse para que la dureza del ajuste se mantenga pero no a tanta velocidad.
El portavoz europeo de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, ha señalado que «España se ha comprometido con sus socios europeos a una serie de objetivos en materia de consolidación presupuestaria. Estos son los parámetros que España debe respetar». Sin embargo, ha reconocido que se hará un análisis económico sobre la situación económica española, en la que se «tendrá en cuenta el entorno macroeconómico en el que se mueve el país».
Altafaj recordó que «esto está en las reglas del Pacto de Estabilidad... que no es estúpido». La idea es que si han cambiado las condiciones en las que se fijó el ajuste presupuestario, pueden cambiar también los plazos para cumplir las metas. La Comisión Europea, en sus últimas previsiones, ya rebajó del 0,7% al 1% la contracción económica que sufrirá España y se espera que ahora su perspectiva sea aún peor.
La desviación del déficit español en 2011, del 6% proyectado inicialmente al 8,5% real ya provocó una flexibilización de plazos para este año. El gobierno de Mariano Rajoy anunció que solo podría rebajar el déficit hasta el 5,8% del PIB y la Comisión Europea aceptó que fuera del 5,3%, sin renunciar al objetivo del 3% en 2013.
Si se considera que el ejecutivo español ha tomado las medidas adecuadas y aun así no logra su propósito por el empeoramiento de la situación económica, Bruselas daría más tiempo para corregir el desfase. Ya se hizo algo similar en 2009, cuando Joaquín Almunia era comisario europeo de Economía y se dio una prórroga de un año a España junto a Francia, Irlanda y Reino Unido.
En caso de que no haya acuerdo en este sentido, la normativa comunitaria prevé una multa de hasta el 0,2% del PIB por incumplimiento. Serían en el caso español unos 2.000 millones de euros.