25 de los 27 países de la UE están de acuerdo en que la futura patente única europea se tramite en inglés, francés o alemán. Los ministros de Competitividad han aprobado hoy una cooperación reforzada para avanzar en el proyecto sin España e Italia, socios que se oponen por ver discriminados sus idiomas en el régimen lingüístico.
El Consejo tampoco ha tenido en cuenta el fallo del Tribunal de Luxemburgo que declaró ilegal otro apartado del proyecto, el que prevé la creación de un tribunal europeo de patentes. Bruselas ya dijo que se buscarán las fórmulas para acatar lo dictado por la justicia europea y que mientras tanto pueden ser los tribunales nacionales los que resuelvan los posibles litigios. Mientras, el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, anuncia que el 30 de marzo se presentarán las propuestas para dar contenido a la nueva patente.
El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, considera que la UE ha dado «un salto al vacío sin paracaídas» y anuncia un recurso ante el Tribunal de Justicia europeo. «Creemos que se trata de una decisión que discrimina al español respecto a otras lenguas y que discrimina a las empresas españolas y afecta a la competitividad».
La presidencia húngara de la UE considera que hoy es un día histórico para la innovación en Europa, ya que la falta de una patente única provoca pérdidas de hasta 800 millones de euros al año a las compañías europeas que ahora deben proteger su patente en cada uno de los países en los que quieren operar.