Esta condición ha sido una de las que más discusión ha suscitado durante la negociación, pero es un «elemento muy importante» de la reforma, ha dicho el comisario de Política Regional, Johannes Hahn, que ha añadido «este instrumento podrá aplicarse, pero será el último recurso y espero que nunca tengamos que usarlo».
Se trata de las «condicionalidades macroeconómicas», un mecanismo por el que se pueden suspender los fondos a un país en caso de desequilibrio macroeconómico o déficit presupuestario excesivo.
Como consecuencia, el Parlamento, podrá controlar todos los procedimientos de toma de decisión que afectan a la suspensión de los fondos de acuerdo con la Comisión. Para ello se tendrán en cuenta las circunstancias sociales y económicas del país.
«Estos fondos son una importante inversión en tiempos de crisis económica», ha dicho Danuta Hübner (PPE, PL), presidenta de la Comisión. Los europarlamentarios llevan negociando más de un año con el Consejo y con la Comisión hasta que finalmente han conseguido llegar a un acuerdo para la reforma de la política regional de la UE centrada en áreas clave para el crecimiento y el empleo.
La reforma favorece a las empresas, mejora los sistemas de licitación pública, el cumplimiento de la normativa medioambiental de la UE y simplifica la burocracia en la gestión de las ayudas. Las tasas de cofinanciación para las regiones ultraperiféricas y Chipre se han incrementado del 50 al 85 %.
La UE dedicará 325.000 millones de euros en el periodo 2014-2020 a la política regional, como los países deben poner una parte para los proyectos, Bruselas calcula que se movilizarán en total unos 500.000 millones de euros.
La reforma, que ha sido pactada con los gobiernos de los veintiocho, tendrá que ser aprobada en el pleno de este mes de noviembre.