Entre 1990 y 2012, la Unión Europea ha logrado reducir en un 18 % sus emisiones de gases de efecto invernadero. El informe «Tendencias y proyecciones en Europa 2013», publicado este miércoles por la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), confirma que la UE se acerca positivamente al objetivo 2020.
Según el informe de la EEA, en general todos los Estados miembros han mostrado progresos en cuanto a los objetivos de clima y energía. Un análisis más detallado, revela que los 15 Estados miembros que se comprometieron bajo el protocolo de Kioto han rebajado un 12,2 por ciento sus emisiones entre 2008 y 2012, superando su objetivo inicial de reducirlas un 8 %. Este informe retrata por primera vez el global de las reducciones de emisiones en el primer periodo de compromiso del Protocolo de Kioto (2008-2012).
En cuanto al uso de energías renovables, el informe asegura que, ya en 2011, esta energía aportó el 13 % del consumo final de energía, un paso sustancial que deberá aumentar hasta el 20 % en 2020.
«Tenemos que seguir construyendo este éxito para asegurar que las reducciones de emisiones sean las que requiere la ciencia. Los Estados miembros deben garantizar que no son en la actualidad obstáculos a un futuro bajo en carbono», ha destacado Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la EEA.
Según los datos de la Agencia europea, también es probable que el consumo primario de energía en la Unión Europea se reduzca respecto al objetivo político marcado para 2020, aunque también subrayan que «se necesitan mayores políticas en este sentido a nivel de los Estados miembros».
Para Bruyninckx, el éxito se demuestra porque «los sectores sujetos al mercado europeo de derechos de emisión (EU ETS) soportan la mayor parte del logro de los objetivos de Kioto». En este sentido, la EEA también advierte que España, Austria, Lichtenstein y Luxemburgo necesitarán adquirir en el mercado grandes cantidades de créditos de emisión para cumplir Kioto, cuando se suman también a los objetivos los sectores difusos.
Los sectores difusos complican los objetivos
En lo que se refiere a España, por primera vez la EEA no dice que no será capaz de cumplir con sus compromisos pero será por la compra de derechos de emisión. El motivo es que las necesidades de España en los sectores difusos (transportes, residuos y hogares) han aumentado un 15 % respecto a 2005.
La tendencia general es, sin embargo, positiva ya que según los datos de la agencia, las emisiones de coches en la UE cayeron un 2,6 % en 2012 respecto a 2011.
El descenso situó la media de emisiones de dióxido de carbono de coches nuevos a 132,2 gramos por kilómetro (g/km) en 2012, cerca del objetivo de 130 g/km planteado para 2015. Como el objetivo parece alcanzable, la Comisión Europea ya ha propuesto un objetivo de 95 g/km para 2020.
Las exigencias de la UE no gustan a los fabricantes de coches que, junto a los gobiernos, tratan de acordar un compromiso sobre vehículos más eficientes y menos contaminantes y planear si los objetivos se pueden lograr con los motores que ya existen o requieren un gran aumento (e inversión) en coches híbridos y eléctricos.
Entre los grandes fabricantes, Fiat (Italia) tenía la tasa de emisiones media más baja (117 g/km), mientras que la francesas Renault y PSA Peugeot Citroën, rondaban los 120 g/km en 2012. Las más contaminantes son la alemana Daimler (143 g/km) y la sueca Volvo con una emisión media de 142 g/km.
El compromiso de la UE con el clima y la eficiencia energética se confirmó este lunes cuando 13 países de la Unión Europea, entre ellos España, se unieron en el llamado «Grupo del crecimiento verde» (Green Growth Group) para «reclamar un programa ambicioso de medidas contra el cambio climático para 2030».
El grupo propone acciones que contribuyan a un «crecimiento verde» y que permitan también reducir los costes de la transición hacia una energía menos contaminante a pesar de que ello requiera «decisiones difíciles», según han suscrito los Ministros de Medio Ambiente representados.
La comisaria de Cambio Climático, Connie Hedegaard, participante en esta primera jornada del «crecimiento verde» ha destacado que «Europa es la prueba viviente de que no hay contradicción entre ser 'verde' y hacer crecer la economía», ya que, ha explicado «algunos de los Estados miembros más verdes, son también aquellos con economías más sólidas».
Para la responsable europea de Medio Ambiente es necesario que «gobiernos y empresas trabajen juntos para una economía más ecológica y una UE menos dependiente de las energías fósiles».