El portavoz de Interior de la Comisión Europea, Michele Cercone, ha dicho textualmente que «ninguna persona que llegue a la UE y pida asilo puede ser rechazada o se le puede negar esta posibilidad. Eso es una obligación».
Ha insistido en que «esos rechazos sencillamente no se pueden permitir», e insistió en que van en contra de las normas internacionales de la UE. Aunque ha dicho que no se refería a ningún país en concreto y que el mensaje iba dirigido a «todos los países».
La ONU pidió el pasado viernes a los Estados miembros de la UE que tienen fronteras exteriores que dejen «inmediatamente» de poner obstáculos a la entrada de refugiados sirios impidiéndoles de este modo tramitar solicitudes de asilo.
La petición se produjo como consecuencia de las medidas que Grecia y Bulgaria han adoptado en los puestos fronterizos para evitar la entrada de sirios que huyen de la guerra en su país. Bulgaria ha levantado vallas y otros medios de disuasión en su frontera exterior y Grecia negó la entrada en la aduana de Evros a 150 sirios, entre los que había familias con niños.
Preguntado por la situación en las fronteras de Ceuta y Melilla, donde se han desplegado alambradas con cuchillas, Cercone respondió que la UE ha dicho siempre que «los muros no solucionan problemas».
Añadió que «tenemos que gestionar estos flujos con respeto absoluto a los derechos fundamentales y a las obligaciones internacionales y europeas» y recordó que «cualquier medida que tomen las autoridades españolas debe respetar, obviamente, los derechos humanos».
Por su parte Italia ha encontrado un nuevo argumento para rechazar a los inmigrantes. La ministra de Asuntos Exteriores, Emma Bonino, ha dicho en rueda de prensa en Bruselas «Tenemos la sospecha de que entre los inmigrantes hay elementos yihadistas y miembros de Al Qaeda».
Añadió que por el momento no se puede hablar de riesgo terrorista, pero sí de una «amenaza de seguridad». Los ministros de Asuntos Exteriores de los 28 han discutido de inmigración y tráfico de personas en el Mediterráneo en el último Consejo.
Italia quiere que la UE sea la que inicie una misión contra el tráfico humano y el crimen organizado en la zona.