Las seis economías más grandes de la UE han llegado al acuerdo de cooperar en la lucha contra los paraísos fiscales. Austria se resiste, su ministra de Finanzas, Maria Fekter, no está dispuesta a facilitar información que considera una invasión a la intimidad y ha criticado a los otros países que no abordan lo que llamó «centros de lavado de dinero».
Para Fekter el verdadero problema está en las 20 mayores economías del mundo, desarrolladas y emergentes, que no toman medidas para terminar con el blanqueo de dinero en lugares aislados y paradisíacos, como las Islas Caimán, las islas Vírgenes Británicas o Delaware.
Luxemburgo se ha plegado a las peticiones de la UE y compartirá con los gobiernos de la UE los detalles del dinero extranjero depositado en sus bancos a partir de 2015.
La evasión fiscal causa pérdidas de alrededor de un billón de euros al año a la Unión Europea, según ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en el mensaje de vídeo que ha dirigido a los líderes de la Unión para preparar el Consejo que se celebrará el próximo mes.
«La evasión de impuestos es injusta para los ciudadanos que trabajan duro y pagan su parte de los impuestos para que la sociedad funcione. Es injusto para las empresas que pagan sus impuestos, y encuentran difícil competir porque otras no lo hacen», ha dicho en su comunicado. Para que no quede duda alguna ha aclarado que un billón de euros es casi todos los ingresos de España o el presupuesto de la UE para los próximos siete años o 100 veces el rescate de Chipre.