Los cambios en el gobierno griego ya se han hecho notar en la primera reunión de Ministro de exteriores. El nuevo gobierno heleno ha demostrado nada más empezar cierta flexibilidad con Moscú, el primer mandatario al que ha recibido el primer ministro Alexis Tsipras, ha sido al embajador ruso. La primera reunión a la que ha asistido el titular de exteriores griego, Nikos Kotzias, ha acabado con amenazas de vetar las conclusiones finales del encuentro.
Finalmente, se ha llegado a una solución salomónica: ampliar las sanciones hasta septiembre de 2015, a personas e identidades vinculadas que menoscaben la integridad territorial de Ucrania; y presentar nuevas medidas contra personas físicas o jurídicas. No obstante, se mantendrá la opción de sanciones económicas en caso de que «la situación no mejore o empeore» sobre el terreno, ha afirmado Mogherini. La ampliación de sanciones a personas se aplicarán a partir de la próxima reunión de los ministros de Asuntos exteriores, prevista para principios de febrero. Las sanciones económicas se abordarán en el encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno del 12 de febrero.
La oposición griega
Los ministros de Asuntos Exteriores han abordado los últimos acontecimientos en el este de Ucrania. El ataque en Mariupol el pasado sábado, en el que murieron 30 civiles y resultaron heridos un centenar, ha empeorado aún más si cabe las relaciones entre la Unión Europea y Rusia. El debate ha sido «intenso y constructivo», con las miradas puestas en el nuevo ministro heleno. Las horas previas a la reunión de los titulares de exteriores han empezado con mal pie. El documento que enviaron los líderes europeos el pasado lunes condenando el ataque y señalando a Moscú, como apoyo de las tropas rebeldes del este de Ucrania, no contó con el visto bueno de Atenas. Fuentes diplomáticas lo ha achacado a «un error de comunicación» y de ello ha dado constancia el ministro de Economía, Yanis Varoufakis, en su blog, dónde critica que no se informó al nuevo gobierno en funciones, entonces, enfrascado en las negociaciones para formar Ejecutivo.
Un embrollo que caldea los temores de Bruselas a Syriza. A su llegada a la reunión Kotzias, ha asegurado que venía a la capital comunitaria «para negociar» por la «estabilidad en Ucrania», a la vez que para «prevenir» de un distanciamiento entre la Unión Europea y Rusia. El ataque en Mariupol se ha convertido en un punto de inflexión para la UE, que había dejado cierto tiempo de «reflexión» sobre las sanciones. Sin embargo, el nuevo gobierno griego se ha mostrado más laxo en la relación con Moscú, lo que ha complicado la unanimidad que siempre ha existido respecto a las sanciones, con aviso de veto por parte de Kotzias. Mogherini ha insistido, sin embargo, en que finalmente ha primado la unidad.
Por su parte, el ministro de Asuntos exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier ha admitido que «el debate no ha sido fácil» con el nuevo gobierno griego. «No puedo hacer un pronóstico de dónde vamos a estar al final. Pero Minsk tiene que seguir siendo el punto de referencia». Asimismo, ha asegurado que ofensivas como la del pasado fin de semana en Mariupol, tendrán una reacción «con contundencia».
No obstante, el ministro español Manuel García-Margallo duda que el nuevo gobierno griego y su posible cambio de postura respecto a Rusia «sea un factor determinante que cambie el equilibrio de fuerzas en la UE». Asimismo, el titular español ha confirmado que ya ha hablado con su homólogo heleno para desearle suerte, «porque falta le va a hacer, doy fe».