La UE quiere solucionar lo antes posible su problema de dependencia del gas y el petróleo rusos, la crisis de Ucrania no ha hecho más que incrementar el temor de que en algún momento Rusia cierre el grifo de la energía y gran parte de la Unión entre en una nueva edad del hielo.
Estados Unidos por su parte, tiene gas y petróleo de sobra. La explotación de las reservas de gas de esquisto ha hecho que tenga excedentes, sin embargo una normativa le prohíbe venderlos al extranjero a no ser que se compruebe que las exportaciones son de interés público.
Exportar el gas natural podría provocar un encarecimiento del mismo para los estadounidenses por lo que hasta ahora las negociaciones con Europa no han ido por muy buen camino. Los precios de la energía han estado bajando durante los últimos cinco años.
El periódico estadounidense The Washington Post, revelaba este martes un documento de la Comisión Europea en el que el comisario de energía Karel de Gucht, anima a los negociadores europeos del TTIP, a urgir un acuerdo sobre energía y materias primas.
Las organizaciones ecologistas, que no están de acuerdo con el tratado en general, han puesto el grito en el cielo. Amigos de la Tierra, advierte de que esa propuesta «sería un desastre para el clima».
Para la organización ese documento confirma que el TTIP «es una herramienta que aniquilaría cualquier regulación ambiental dirigida a reducir los impactos del cambio climático», cuando Europa lo que necesita es «poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles a través de una transición a un modelo energético limpio».
La sexta ronda de negociaciones entre la UE y EE UU comienza este lunes 14 hasta el viernes 18 en Bruselas, los negociadores seguirán debatiendo el comercio de bienes y servicios, contratación pública, energía, materias primas, cuestiones reglamentarias, derechos laborales o medioambiente.
Con motivo de la quinta ronda, que se celebró pocos días antes de las elecciones al Parlamento europeo, más de 120 organizaciones de Europa denunciaron el Tratado como un ataque a los derechos y a la democracia.
Ante esta sexta ronda de conversaciones los sindicatos y las organizaciones británicas han sido los primeros en protestar con una manifestación este martes y han convocado una concentración el próximo sábado delante de las oficinas de la representación de la CE en Londres. Las organizaciones temen que el TTIP lleve, entre otras cosas, a la privatización de su sistema de salud.