Los ministros de Finanzas del G20 han acordado este sábado en Gyeongju (Corea del Sur) reformar la representación de los países en el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI). La Unión Europea cederá dos de los nueve puestos que tiene a los países emergentes.
Aún no se sabe qué países europeos dejarán de estar representados ni qué países emergentes rotarán en su lugar entre los 24 que componen la dirección del organismo internacional. El FMI tomará la decisión en las próximas semanas, mientras Europa tiene que decidir qué países dejan su asiento.
Desde hace años se viene diciendo que Europa está sobrerrepresentada en el FMI, con más del 30% de los votos, mientras que los países emergentes tienen una representación que no se corresponde con su peso en la economía mundial. Hace ya un año, el G20 decidió transferir un 5% de los votos a estos países. Estados Unidos ha sido el principal impulsor de la reforma.
Ahora forman parte del directorio del FMI Alemania, Francia, Reino Unido, Bélgica, Holanda, España, Italia y Dinamarca, además de Suiza, que no es miembro de la UE. Los ministros europeos de Finanzas, obligados por la presión internacional, ya habían asumido que habría que ceder para reequilibrar la representación de los grupos de países. Sin embargo, habían pedido contrapartidas a Estados Unidos: evolución del veto que ahora sólo tiene Washington y más competencias a nivel político. Nada se sabe hasta ahora de esto en el acuerdo alcanzado hoy en Corea del Sur.
La ministra española de Economía, Elena Salgado, ya advirtió en su momento que España no se vería implicada en esa merma de representación europea porque comparte su asiento en el FMI con México y Venezuela.
Al margen de este acuerdo, los ministros de Finanzas del G20 elaboran un comunicado final, en el que se hace un llamamiento a los desequilibrios derivados de las políticas cambiarias o, lo que es lo mismo, la guerra de divisas que –dicen- pone en peligro la recuperación mundial al alimentar la volatilidad en los tipos de cambio y ser fuente de incertidumbre. El mensaje va dirigido especialmente a China para que deje de mantener su moneda devaluada para aumentar sus exportaciones.