La Unión Europea tiene, supuestamente, una política exterior común para los 27 Estados que la forman y consolidada, supuestamente, tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Para dar visibilidad a esa política, la UE propone actuar ante Naciones Unidas como un único bloque integrado. Sin embargo, las reticencias de muchos estados y organizaciones que agrupan también a distintos países han frenado el proyecto. La Asamblea General de la ONU lo ha rechazado por 76 votos a favor, 71 en contra y 21 abstenciones.
Han sido diez meses de negociaciones y de cesiones por parte de la UE para no herir susceptibilidades, pero finalmente habrá que esperar a que se den nuevas condiciones. Se dijo que la medida no tenía que ser únicamente para Europa, sino que abriría el camino a otras organizaciones regionales que alcancen el mismo nivel de integración, pero africanos, árabes y latinoamericanos no han visto claro que se dé a un organismo multinacional las atribuciones reservadas ahora a los estados miembros.
Según la propuesta, los 27 autorizan a la Alta Representante de la Política Exterior europea, Catherine Ashton, a participar en las reuniones de la Asamblea General en nombre de sus gobiernos. Pretendían además que la delegación de la UE ante la ONU pudiera distribuir documentos, presentar de manera oficial propuestas y proyectos de resolución, plantear enmiendas o cuestiones de orden. Sin embargo, no podrían impugnar decisiones del Presidente, no tendrían voto ni podrían presentar candidaturas en la organización mundial.
El rechazo frustra el intento europeo de hacer patente que tiene una única voz en la política internacional. Jan Grauls, embajador de Bélgica, país que preside este semestre el Consejo de la UE, ha dicho que la justificación de la propuesta está en que «el Tratado de Lisboa establece unas nuevas disposiciones para la conducción de su política exterior y su representación externa». euroXpress