En un seminario organizado en Estocolmo por la presidencia sueca de la Unión, se ha discutido sobre lo que todos saben en Bruselas pero no saben cómo solucionar: la gente no entiende el lenguaje de la Unión Europea.
Acuerdos, directivas, comunicaciones... Todo un entramado burocrático, verdaderamente difícil de explicar, debe renovarse, hacerse fácil para que los ciudadanos lo entiendan. La ministra sueca de Justicia, Beatrice Ask, ha reconocido que «las leyes son complejas, pero la complejidad no excluye la claridad. Si la gente entiende la ley, será mucho más fácil que la cumpla».
La comisaria europea Margot Wallström, responsable de comunicación de la UE, lleva trabajando cinco años en lo que ella misma denomina «salvar la brecha entre la Unión y los ciudadanos» y confiesa que queda mucho por hacer. Afirma que ya muchos en la UE se han dado cuenta de que los beneficios de una buena comunicación se extienden más allá de la estrategia o de otras iniciativas prioritarias.
Comunicados simples, lenguaje familiar, webs mejoradas y simplificadas. Las fórmulas se conocen, falta materializarlas. El comisario europeo de multilingüismo, Leonard Orban, hace una aportación definitiva: «Economistas y juristas abundan en la UE y son bien conocidos por la jerga que usan. Hagamos el esfuerzo de eliminar esa jerga y hablemos para los ciudadanos».euroXpress