Acaba de entrar en vigor el nuevo Reglamento Financiero de la UE, que regula cómo se gastan los fondos de la Unión, y Bruselas ya ha desarrollado una nueva normativa con la que asegura que se facilitará el acceso a esos fondos para empresas, ciudades, regiones y científicos con «numerosas mejoras que facilitarán la vida de los beneficiarios».
Según lo avanzado por la Comisión Europea, se reducirá el plazo que transcurre entre las convocatorias de propuestas y la celebración de los convenios de subvención, así como los plazos de pago. Se cambiará la orientación del sistema de subvenciones, que pasará del reembolso de las declaraciones de gastos a los pagos por la consecución de resultados a través de un mayor uso de cantidades fijas únicas, tipos fijos y costes unitarios.
Ya no se obligará a los beneficiarios de los fondos de la UE a abrir cuentas bancarias independientes remuneradas. Además, aunque se devenguen intereses, no tendrán que devolverse al presupuesto de la UE ni se contabilizarán como ingresos del proyecto. Habrá un mayor uso de premios, otorgados al ganador de concursos que se organizarán para ofrecer la solución a un problema predefinido («premios de estímulo»), y que contribuirán también a simplificar la administración, y a que la financiación de la UE se oriente a la consecución de resultados.
Con esta perspectiva optimista, el comisario europeo de Programación Financiera, Janusz Lewandoswski, ha dicho que «las nuevas normas allanan el camino para lograr un uso más efectivo de los recursos de la UE. Ello es esencial para cualquier ciudadano europeo, ya que en tiempos de crisis el presupuesto de la UE desempeña una función esencial a la hora de impulsar el crecimiento y el empleo. Lograr que los fondos de la UE sean más accesibles y reforzar la obligación de rendir cuentas de quienes los gestionan es una de las tareas más importantes de mi mandato».
En este último aspecto, la atención está puesta en los Estados miembros, que son los que ejecutan la mayor parte del presupuesto de la UE. En el futuro, las autoridades de los Estados miembros que gestionen fondos de la UE deberán firmar y presentar a la Comisión declaraciones anuales que certifiquen que los fondos de la UE se han utilizado correctamente. Para mejorar la eficacia del uso de fondos europeos, Bruselas autorizará nuevas posibilidades para las asociaciones público-privadas y la UE podrá crear fondos fiduciarios, con sus propios recursos, los de los Estados y otros donantes para mejorar la coordinación y entrega de la ayuda exterior.