La Comisión Europea debería estar escarmentada, no es el único mensaje que envía a los griegos y al que estos hacen oídos sordos. Ha estado insistiendo en que lo mejor para ellos era que eligieran a alguien conocido y de confianza, es decir, el ex comisario de medioambiente Stavros Dimas.
Incluso lo insinuó, Jean-Claude Juncker, algo insólito en la proverbial delicadeza del ejecutivo europeo cuando se trata de asuntos internos de los Estados miembros. Ha dado igual, los diputados griegos han rechazado por tercera vez al único candidato para presidente de la República.
Tras las tres votaciones fallidas, el primer ministro Antonis Samaras, anunció que convocará elecciones para el próximo mes de enero, probablemente el 25. En la tercera y definitiva vuelta, Dimas ha obtenido 168 votos, doce menos de los necesarios para proclamarse ganador y exactamente los mismos que obtuvo en la votación anterior.
Por su parte, Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda Syriza, dijo que el voto ha mostrado la voluntad del pueblo de «terminar con las políticas de austeridad». Tsipras, cuyo partido encabeza las encuestas de intención de voto para las elecciones legislativas no se cansa de decir que negociará con la troika el pago del rescate de 240.000 millones de euros que ha impuesto un durísimo plan de austeridad a los griegos.
Tras conocerse el resultado de la votación el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha dado a conocer un comunicado en el que llama a los griegos y a sus líderes a que sigan apoyando el «proceso de reformas». «A través de este proceso democrático [las votaciones], el pueblo griego decidirá otra vez sobre su futuro. Un firme compromiso con Europa y un amplio apoyo entre los votantes griegos y los líderes políticos por el necesario proceso de reforma que favorezca al crecimiento será esencial para que Grecia prospere de nuevo dentro de la zona euro «, dice el comunicado.
Nada más conocerse el resultado de la sesión del Parlamento la Bolsa de Atenas registró una bajada del 11% mientras que la tasa de interés de la deuda a diez años subía en el mercado secundario al 9,550%, contra un 8,501% anterior.