El mensaje del presidente egipcio, Hosni Mubarak, en el que anunció que sigue en el poder ha decepcionado en Bruselas, que esperaba, como casi todos, su renuncia. La Alta Representante de la Política Exterior Europea, Catherine Ashton, ha dicho que «las demandas y expectativas de los egipcios se deben cumplir».
Siempre un paso atrás de los acontecimientos, la jefa de la diplomacia europea saluda la valentía del pueblo egipcio en su movilización pacífica para pedir cambios democráticos. Ashton rechaza cualquier manifestación de violencia y pide al ejército que proteja a los manifestantes.
Sin pedir expresamente la renuncia de Mubarak, la Alta Representante añade que el objetivo es una «irreversible transición a la democracia con elecciones libres y limpias» y que la UE está preparada para ayudar en todo lo que pueda.
Anoche, poco antes del mensaje de Mubarak, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, comparecía en rueda de prensa en Madrid junto al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Ambos lanzaron un mensaje similar: «que las aspiraciones democráticas de una gran parte de la sociedad egipcia lleguen a culminarse cuanto antes», dijo Zapatero.
Barroso dijo sentirse identificado con lo que ocurre en El Cairo porque vivió la Revolución de los Claveles en Portugal en 1974. «Para mi generación, fue una gran emoción con la que ahora acompañamos la transición democrática en Egipto».