El presidente chipriota, Nicos Anastasiades, mantuvo la pasada noche una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, para allanarle el camino al ministro de Finanzas de Chipre, Michael Sarris, que está en Moscú y dice que no se moverá de allí hasta que llegue a un acuerdo con las autoridades rusas. Rusia está indignada con la oferta de rescate de la UE que le puede costar a los rusos ricos miles de millones de euros. Michael Sarris, se ha entrevistado con su colega ruso, Anton Siluanov, y al parecer han hecho una primera exposición de la situación.
Nicosia pide más tiempo para pagar el crédito de 2.500 millones de euros que le concedió Moscú y que vence en 2016. Quiere una ampliación hasta 2020 y una rebaja de los intereses que ahora son del 4,5 por ciento. Además ha pedido 5.000 millones de euros más.
Algunas especulaciones apuntan a que el gigante petrolero ruso Gazprom, podría haber ofrecido su ayuda a cambio de los derechos de exploración de los importantes yacimientos de gas que se han encontrado cerca de la costa chipriota.
Mientras que en la eurozona se preocupan por una posible ayuda rusa a Chipre. Cem Oezdemir, copresidente de los Verdes alemanes ha dicho que eso podría dar a Rusia la posibilidad de poner «un pie en la puerta» de la UE.
Oezdemir, de origen turco, cree que la ayuda de Rusia a Chipre no es tanto una cuestión económica como geoestratégica. Turquía, que lleva llamando a la puerta de la UE desde hace décadas también tiene grandes intereses en la isla en la que ocupa el norte desde 1974.