Los jueces europeos se han pronunciado ante un recurso del estado italiano que se remonta a 2007, cuando el Diario Oficial de la UE publicó un anuncio de selección de eurofuncionarios en inglés, francés y alemán. Se exigían conocimientos de una de las lenguas oficiales de la UE y de uno de esos tres idiomas, como segunda lengua. La tramitación para participar en las pruebas también debía hacerse exclusivamente en inglés, francés o alemán.
Italia interpuso un recurso contra esta convocatoria por excluir al resto de lenguas, que fue rechazado en primera instancia por el Tribunal General. Ahora el Tribunal de Justicia de Luxemburgo dictamina que «los anuncios de concurso en cuestión debieron haber sido publicados íntegramente en todas las lenguas oficiales», ya que el régimen lingüístico de la UE establece como lenguas oficiales y de trabajo de las instituciones las 23 lenguas de la UE.
El Tribunal entiende que se dio una situación de desventaja para los candidatos cuya lengua materna no es inglés, francés o alemán y pide que para la elección de segunda lengua se establezcan criterios «claros, objetivos y previsibles». Los magistrados europeos creen que los opositores deberían poder realizar las pruebas de selección en su lengua materna o en la segunda lengua que dominen mejor. Se trata también, dice la sentencia, de que las instituciones «puedan asegurarse de que seleccionan a los mejores candidatos en términos de competencia, de rendimiento y de integridad».
El Tribunal pide a la UE equilibrio entre el número de lenguas de los concursos y la necesidad de identificar a los mejores candidatos. Sin embargo, «a fin de proteger la confianza legítima de los candidatos seleccionados, no se pondrán en tela de juicio los resultados de los concursos».