El comisario de desarrollo, Andris Piebalgs, ha insistido al presentar el proyecto de reforma en que el objetivo es reducir el número de países beneficiarios y que el dinero de la UE llegue a aquellos que verdaderamente lo necesitan y a los sectores que pueden contribuir al desarrollo de los países. «La ayuda al desarrollo clásica ya no está suficientemente justificada» para una serie de países, ha dicho el comisario Piebalgs que ha añadido refiriéndose a las economías emergentes, «Tienen bolsas de pobreza pero creo que los propios Gobiernos están en condiciones de abordarlo por sí mismos».
Ha precisado que la cooperación de la UE con estos países continuará aunque de otra forma. Promoverá el intercambio de estudiantes y científicos o participará en objetivos muy concretos como la lucha contra la malaria y otras enfermedades. Los proyectos que están en marcha no se interrumpirán hasta finales de 2014.
El futuro gasto de la UE se centrará en los sectores clave para el crecimiento y estará destinado a los países más necesitados. La ayuda estará condicionada al respeto a los derechos humanos y la democracia, la igualdad de género, la participación de la sociedad civil y la lucha contra la corrupción e irá destinada sobre todo a la protección social, la sanidad, la educación, el fomento de un entorno empresarial favorable, a una mayor integración regional, a la agricultura sostenible y la energía limpia.
La Comisión europea quiere evitar duplicidades. Los Estados miembros y la UE deben preparar estrategias y programas conjuntos. Una proporción considerable de la ayuda que la Unión da a los países es en forma de apoyo presupuestario, con la puesta en marcha de esta nueva forma de ayuda al desarrollo establecerá «contratos de buena gobernanza y desarrollo». Los países beneficiarios deberán demostrar su compromiso con los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho, si no es así la ayuda se interrumpirá. En la primavera de 2012 los ministros de Asuntos Exteriores de los veintisiete deberán refrendar esta nueva estrategia.
La UE es el mayor donante de ayuda oficial al desarrollo del mundo. En 2010, aportó 53.800 millones de euros, más del 50% de la ayuda mundial.