La UE es el mayor donante mundial para el desarrollo, con un presupuesto anual de 53.800 millones de euros, 11.000 millones de los cuales son gestionados por la Comisión por sí sola.
Como forma de aumentar la efectividad de la asistencia, la Comisión organizó varias rondas de consultas con representantes de gobiernos, actores privados y organizaciones no gubernamentales este año, tras lo cual elaboró la llamada «Agenda para el Cambio», presentada el 13 de octubre.
El documento fue discutido seis días después, cuando el comisario para el desarrollo, Andris Pielbags, subrayó el compromiso de la Comisión Europea de concentrarse en un «crecimiento sostenible e inclusivo», que contempla el apoyo a la buena gobernanza, el respeto de los derechos humanos y la democracia, la igualdad de género, el papel de la sociedad civil y la lucha contra la corrupción.
La agenda también prioriza la protección social, de la salud y la educación, el apoyo a un ambiente empresarial favorable, a la agricultura sustentable y a la energía limpia.
Las grandes organizaciones no gubernamentales internacionales saludaron el interés puesto por la Comisión en esas áreas, en especial su compromiso por combatir la corrupción e invertir en agricultura, pero cuestionaron la importancia dada al crecimiento económico.
«Básicamente, la Comisión dice que el crecimiento económico es una forma de reducir la pobreza», dijo la especialista en políticas europeas de desarrollo de la organización ActionAid, Laura Sullivan. «Coincidimos en que el crecimiento es una condición necesaria para reducir la pobreza, pero no es la única», remarcó.
«Por ejemplo, Nigeria ha tenido un crecimiento que solo en sueños podría alcanzar Europa. Pero también tiene uno de los mayores índices de pobreza del mundo debido a la enorme desigualdad social», explicó. «Está claro que ese crecimiento económico no llega a los más pobres», apuntó.
Los países de medianos ingresos, según los indicadores de desarrollo del Banco Mundial, recibirán el impacto de la nueva política de la UE. Entre ellos concentran casi la mitad de los habitantes del planeta. «La lista de estados de medianos ingresos incluye a países emergentes como India y China, pero también a Senegal, Congo, Zambia, Ghana y Namibia», precisó Sullivan.
«Es importante tener en cuenta que el 75 por ciento de las personas más pobres viven allí. Existe el riesgo de que se corte la asistencia al desarrollo a estados que todavía la necesitan», explicó.
La directora de la oficina de Oxfam en la UE, Natalia Alonso, nos dijo que la «ayuda está destinada a reducir la pobreza y debe dirigirse a donde más se necesita».
«Los países de medianos ingresos están equipados con estructuras gubernamentales fuertes y es allí donde la asistencia es más efectiva y donde realmente se puede lograr un cambio. Es muy difícil lograr eso en países frágiles», explicó.
Pero según la Comisión Europea, todavía no se tomó una decisión definitiva sobre la ayuda a los países de medianos ingresos, aunque sí cortarán la asistencia oficial al desarrollo a los países que ya no la necesitan, confirmó la portavoz del comisario Pielbags, Catherine Ray.
«Algunos de ellos son economías emergentes como Brasil, India y China, pero eso no quiere decir que pongamos fin a todo el apoyo que damos. Seguiremos contribuyendo al Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, así como a otras iniciativas en esos países», añadió.
«En cuanto a los otros estados, estamos estudiando cuáles deben seguir recibiendo la ayuda oficial al desarrollo y cuáles recibirán otro tipo de fondos, más específicos», indicó Ray. «Por supuesto que tendremos en cuenta la desigualdad y el grado de fragilidad de cada uno», apuntó.
Pero las organizaciones no gubernamentales no están del todo convencidas, en especial por la fuerte influencia del sector privado como actor del desarrollo. «La Comisión quiere poner fondos públicos en manos de privados para generar más recursos», puntualizó Sullivan.
«Estamos de acuerdo, mientras el dinero se destine a las pequeñas y medianas empresas locales. Allí es donde realmente se puede marcar el cambio. Ya hemos visto cómo el dinero de los contribuyentes termina en manos de trasnacionales extranjeras a través del Banco Mundial», añadió.
«Si involucramos al sector privado, ¿tendrá el mismo objetivo que nosotros, es decir reducir la pobreza? Eso no está claro», indicó, por su parte, Alonso.
Pero la portavoz del comisario de desarrollo dijo que si se «quiere crecimiento, se necesita al sector privado. No se puede sin él». «El primer objetivo del comisario Pielbags es desarrollar el sector privado local», añadió Ray.
«Las economías de África, América Latina y Asia crecen. Hay varios países que trabajan para eliminar la pobreza, crear empleo y atraer inversiones extranjeras», señaló.
«Nuestra tarea ya no es solo prestar asistencia. Queremos ayudar a esos países a construir condiciones para un crecimiento sostenible a largo plazo, que respete el medio ambiente y con una justa distribución de la riqueza», concluyó.