Es el principio de «más a cambio de más» ha dicho el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que ha advertido que Bruselas fijará «condiciones claras» para conceder las ayudas y reclamará mayor democracia.
El presidente del Ejecutivo comunitario ha anunciado que los 1.200 millones de euros de ayuda se añaden a los 5.700 millones con los que ya contaba el presupuesto de la Política de Vecindad de la UE para el periodo 2011-2013, un aumento del 22%.
Las ayudas tienen claras condiciones que los países que las reciban deberán cumplir y su continuidad dependerá de los progresos que haga cada país. Las principales condiciones son: celebración de elecciones libres y justas, derecho a la libertad de asociación, expresión y de prensa, estado de derecho administrado por un poder judicial independiente, lucha contra la corrupción y reforma de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
La iniciativa se presentará en la reunión del G8 que se inicia mañana. En un comunicado conjunto el presidente de la Comisión europea, José Manuel Durao Barroso y el presidente del Consejo europeo, Herman van Rompuy, señalan«La Unión Europea llegará a Deauville con el fin de impulsar una nueva alianza del G8 con aquellos socios del sur del Mediterráneo que hayan elegido el camino de la libertad y la democracia».
Por su parte la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton ha destacado que la intención es la de «apoyar a los pueblos que realmente quieren progresar».
La Política Europea de Vecindad llega a 16 países; Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Moldavia y Ucrania, del este de la UE; Argelia, Egipto, Libia, Marruecos y Túnez del norte de África, además Israel, Jordania, Líbano, los territorios palestinos y Siria.