El Eurogrupo ha aprobado este lunes el rescate financiero de Portugal por 78.000 millones de euros para «garantizar la estabilidad de la zona euro y del conjunto de la UE». Los ministros de Economía han estudiado también la remodelación de la ayuda financiera recibida por Grecia el año pasado, pero esperarán a conocer el informe de la misión del FMI, el BCE y la Comisión Europea para tomar decisiones. Los dos países tendrán que hacer más reformas, implantar nuevos recortes y más privatizaciones.
Los 78.000 millones de Portugal se aportarán de tres fuentes. Un tercio corresponde al Fondo Monetario Internacional; otro, al Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera ( presupuesto comunitario); y, el otro, al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (presupuesto de los Estados). El FMI exigirá un tipo de interés de entre el 4,25% y el 5,25%, y la UE de entre 5,5% y el 6%. Los préstamos se concederán durante tres años. El rescate incluye un paquete de 12.000 millones de euros para recapitalizar el sector bancario.
A España le corresponde aportar el 12,7% de la parte estatal, es decir, 3.300 millones de euros, pero finalmente avalará entre 4.500 y 5.000 millones, según ha explicado la vicepresidenta del gobierno, Elena Salgado, quien también ha aclarado que no se trata de un préstamo, sino de garantizar las emisiones.
Como contrapartida, el estado portugués ( sea quien sea el vencedor de las elecciones del 5 de junio) se compromete a aplicar un duro plan de ajuste para rebajar el déficit al 3% del PIB en 2013. Habrá más recortes en el sueldo de los funcionarios y en las pensiones más altas, recortes en sanidad, educación y vivienda y privatización de grandes empresas, lo que provocará una contracción económica del 2,2% este año y del 1,8% en 2012. Aumentarán el paro y la deuda pública, según las previsiones de la Comisión Europea.
Tal y como había exigido Finlandia, en el acuerdo se contempla el compromiso de animar a los inversores privados a mantener su exposición global de forma voluntaria a la deuda portuguesa, es decir, que los bancos participen también en el rescate.
Resuelta de momento la crisis portuguesa, se recrudece la de Grecia un año después de ser rescatada por la UE y el FMI con 110.000 millones de euros. Todo apunta a que va a ser necesario ampliar la ayuda (se habla de 60.000 millones) y suavizar las condiciones de los actuales préstamos. Los ministros de Finanzas no han tomado de momento ninguna decisión a la espera de conocer el informe que la misión técnica de la UE y el FMI elabora sobre las finanzas griegas.
La previsión es que haya que alargar el vencimiento de los créditos y rebajar los tipos de interés, a cambio de que el gobierno de Atenas imponga nuevos ajustes. Según las previsiones económicas de Bruselas, el déficit griego se situará en el 9,5% del PIB este año y en el 9,3% en 2012, frente al 7,6% y 6,5% exigido en el primer rescate.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha reconocido que la situación es difícil y que e«l gobierno griego se ha comprometido a anunciar medidas adicionales que le permitan respetar los límites de déficit para 2011». En cualquier caso, Juncker ha confirmado que la UE estudia un segundo plan de rescate con participación de los bancos privados, a los que se pediría que extiendan el plazo de vencimiento de los bonos griegos.
La decisión queda pendiente para la próxima reunión de los ministros de la eurozona, el 20 de junio en Luxemburgo, pero las declaraciones de la Comisión y de los socios comunitarios apuntan a duras exigencias a Grecia.
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ya ha dicho que Grecia debe «acelerar sus reformas económicas y asegurar la completa implementación de su programa de privatizaciones».