Día Internacional de la Libertad de Expresión
La UE, ha pedido a todos los gobiernos que permitan trabajar a sus reporteros en condiciones de seguridad, sin imponer censura o persecución. Hoy, día de la libertad de prensa, Reporteros sin Fronteras recuerda a los 300 periodistas encarcelados en todo el mundo por realizar su labor informativa. Turquía se ha convertido, según la organización «en la mayor cárcel del mundo con más de 70 encarcelados». Algunos llevan más de 10 años en prisión.
La cárcel no es el peor de los males. En los últimos diez años han muerto 600 periodistas y según el informe de RSF, 88 periodistas murieron en 2012, el año más mortífero de los últimos 17 años. A ellos hay que añadir 47 periodistas ciudadanos asesinados, 879 detenidos, 38 secuestrados y unos 2.000 agredidos o amenazados. En lo que llevamos de 2013 han sido asesinados 17 periodistas, en Siria (7), Pakistán (4), Brasil (3), Somalia (2) y Turquía (1).
Catherine Ashton ha defendido que los periodistas de todo el mundo puedan trabajar «en seguridad y sin miedo a la censura o persecución». La Alta Representante de Exteriores ha pedido a todos los gobiernos que permitan a los periodistas trabajar libremente y ha insistido en que la UE continuará promoviendo la libertad de expresión «on y off line», reconociendo que las «nuevas tecnologías de la información pueden ser claves para promover los Derechos Humanos y la democracia». Ashton ha condenado el creciente nivel de intimidación, violencia y censura a la que los periodistas se enfrentan en muchos países».
El problema es que muchas veces los informadores «al hacer la luz sobre fechorías y mala gestión, se enfrentan a gobiernos, corporaciones, grupos criminales, milicias y otros que quieren reprimir y censurar sus investigaciones», ha dicho el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon que muestra así su preocupación por la violencia que no cesa contra los periodistas. Esta misma semana un periodista colombiano, salió ileso de un atentado cuando viajaba en su automóvil, que recibió cinco impactos de bala. Ban ha condenado «los ataques y la represión. Estoy especialmente preocupado porque muchos de los autores escapan a cualquier tipo de castigo».
Reporteros sin Fronteras ha publicado un año más la lista de 39 «depredadores» de la libertad de prensa, en el que aparecen los presidentes ruso, Vladímir Putin, el norcoreano Kim Jong-Un, el iraní Mahmud Ahmdinejad, el sirio, Bashar al Asad, y el cubano Raúl Castro. En América Latina también aparecen los nombres del empresario hondureño Miguel Facussé Barjum, el cartel mexicano de «Los Zetas» y el grupo paramilitar colombiano «Los Urabeños». RSF ha retirado de esa lista a ETA, porque no ha habido atentados contra los medios de comunicación desde el anuncio de cese «definitivo» de la violencia en 2011 (aparecía desde 2001), aunque ha señalado que no olvida a los periodistas asesinados o agredidos por ETA». Sin embargo han añadido al presidente chino Xi Jinping, que ha sustituido a su antecesor Hu Jintao.
La persecución contra la prensa no es sólo una actitud de los gobernantes de los países en desarrollo o emergentes, también de los occidentales. En España, la Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE) ha denunciado el «aumento de las presiones hacia los medios y periodistas que, con independencia y rigor, investigan los abusos de poder, especialmente los ligados a la corrupción». También ha alertado de que el informe de la comisión de expertos que servirá de base al anteproyecto de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, promovido por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, «presenta serios límites a los derechos de información y a la libertad de expresión».
La Asociación Mundial de Editores de prensa (Wan-IFRA) ha hecho un llamamiento sobre el creciente acoso y censura que sufren los medios de comunicación digitales en todo el mundo. «Con la creciente consolidación de nuestra ciudadanía digital, los tiranos que se oponen a la libertad de expresión aprenden rápidamente a ejercer su fuerza opresora sobre los medios de comunicación digitales», ha señalado la asociación en un comunicado. En ese sentido defienden que «la gran revolución digital, que ha motivado el advenimiento de una era de verdadera conectividad mundial, brinda otro mecanismo de control y una manera de mermar la libertad de expresión».
La Federación Europea de Periodistas (EFJ) ha pedido a las autoridades europeas el reconocimiento del periodismo como un bien público, sobre todo en momentos tan difíciles como las actuales «en una época de austeridad, reestructuración de los medios de comunicación y comercialización sin precedentes del periodismo». La EFJ alerta de varios problemas que afectan a la prensa europea, como la pérdida de miles de trabajo, el incremento de trabajos más precarios y la falta de inversión en recursos humanos que «tienen un impacto importante en la calidad de la información y la libertad de prensa».