La Unión Europa da un paso más para promover la movilidad de trabajadores entre los 28 estados miembros. Y lo hace con la creación de la Tarjeta Profesional Europea, que acredita que su poseedor tiene una preparación suficiente para ejercer su profesión en cualquier país de la Unión.
Esta iniciativa reducirá los periodos de espera con que determinados Estados miembros dilatan la incorporación de nuevos empleados, que en algunos países supera incluso el mes.
Dicha Tarjeta, que adoptará la forma de un certificado electrónico profesional, atestiguará el reconocimiento de las cualificaciones existentes en la Unión Europea, «mejorando la movilidad de los trabajadores cualificados dentro de territorio europeo», según la CE.
Tras tres intensos años de trabajo el Consejo europeo ha adoptado la tarjeta. Lu aprobación modifica la anterior Directiva de Reconocimiento de Cualificaciones Profesionales, en vigor desde 2005. El objetivo es potenciar el reconocimiento de unas 4.700 profesiones reguladas en la Unión clasificadas en 800 grupos genéricos.
La Tarjeta Profesional Europea también supondrá poner en marcha nuevos programas de formación en ella quedarán reflejadas las cualificaciones obtenidas sobre la base de un conjunto de conocimientos, habilidades y competencias o pruebas de formación estandarizados.
Esta iniciativa nace en un momento especialmente delicado en relación a la situación del mercado laboral europeo. Según Eurostat, la oficina europea de estadísticas, en la UE existen 19,5 millones de personas sin empleo. O lo que es lo mismo un 12,2% del total de población activa.
Y es que, pese a la tímida mejora de las cifras macroeconómicas del conjunto de la Unión, el desempleo no baja y menos aún en la zona euro. Países como Chipre o Grecia han aumentado sus cifras de paro pasando del 12,7 % al 17,1 % y del 25,0 % al 27,6 %, respectivamente.
En España, el desempleo afecta a más de una persona de cada cuatro (26,6 %). En el otro extremo, se sitúan Austria entre los países con menos desempleo, (4,9 %), Alemania (5,2 %) y Luxemburgo (5,9 %).
Especialmente delicada es la situación de los menores de 25 años. En esta franja de edad, el desempleo afecta al 24,1 % de los menores de 25 años y se dispara en países como Grecia (57,3%), España (56,5%), Chipre (43,9%) e Italia (40,4%). En la eurozona, 3,54 millones de jóvenes están sin trabajo.
La idea de esta Tarjeta es facilitar la redistribución de capital humano hacia los países con mayor demanda y paliar, sobre todo, el desempleo entre los más jóvenes.