2013 podría convertirse en un punto de inflexión para las pequeñas y medianas empresas (pymes) de la Unión Europea. La sentencia, mitad deseo mitad esperanza, es de la Comisión Europea. «Después de cinco años con un entorno económico incierto, se espera que 2013 sea el primer año, desde 2008, con un incremento combinado en el empleo agregado y el valor añadido de las pymes de la UE», apunta la institución en el informe '¿Una recuperación en el horizonte? Informe anual de pequeñas y medianas empresas europeas 2012/2013'.
La Comisión Europea espera que el empleo total que representan las Pymes de la UE aumente en un 0,3 por ciento y el valor añadido en un 1 por ciento, en comparación con el ejercicio anterior. El informe señala además que las previsiones preliminares hacen pensar que esta evolución positiva se acelerará aún más durante el próximo año, pues las proyecciones «están respaldadas por otras señales positivas. A lo largo de los tres últimos años, un número creciente de Estados miembros han sido testigos de cómo los sectores en que operan sus pequeñas empresas vuelven a experimentar una expansión del empleo y del valor añadido o, al menos, ven cómo el declive va desvaneciéndose», explican desde Bruselas.
«Nuestras iniciativas para ayudar a las Pymes a abrirse paso en estos tiempos difíciles han sido fructíferas. Tras cinco años de lento desarrollo, me reconforta ver que están a punto de volver a crecer y que están comenzando a contratar más personal. Las Pymes son el alma de nuestra economía y ahora nos están sacando de la crisis más dura que ha sufrido la UE en los últimos cincuenta años», ha declarado el vicepresidente y comisario de Industria y Emprendimiento, el italiano Antonio Tajani.
Problemas en España
La situación del Estado español difiere del optimismo mostrado por la Comisión. El país registró en el año 2012 «tres veces más casos» de empresas en quiebra que antes de la crisis, según el mismo informe. Si en 2008 fueron 2.528 las empresas quebradas, el año pasado la cifra ascendió a 7.779. Y las previsiones para 2013 no son buenas y se espera que el número de cierres «probablemente continúe aumentando».
Guarismos que hablan de un país en el que las pequeñas y medianas empresas son los principales actores de la economía. Las micro-empresas en España emplean comparativamente más personas (39,8 por ciento frente 29,7 por ciento en la UE) y generan un mayor valor añadido (27,5 por ciento frente a 21,5 por ciento) que en la media de Europa.
Un dato positivo para España es que está por encima de la media de la Unión Europea en cuanto a la proporción de empleo por cuenta propia, con un 16 por ciento frente al 15 por ciento europeo de media. Aun así, desde Bruselas se muestran cautos ante un empuje que consideran falto de calidad, dado que mucha gente ha abierto un negocio ante «la necesidad de encontrar medios para sustentar a sus familias», ante la falta de oportunidades laborales.
Para la Comisión, «el estallido de la burbuja del mercado inmobiliario y las medidas de austeridad posteriores han hundido la demanda interna, causando asimismo un importante descenso de alrededor del 30 por ciento en el valor añadido y en el empleo» de las Pymes manufactureras. Las del sector de la construcción, las más afectadas, se han reducido a la mitad entre 2008 y 2012.
Aun así, la Comisión Europea alaba las medidas políticas y espera que den resultados: «Las reformas llevadas a cabo por España deberían tener un efecto positivo sobre el crecimiento y el empleo, pero su efecto no serán evidente hasta 2014. El comportamiento de las exportaciones de las Pymes y de las grandes empresas será la principal fuente de crecimiento previsto a corto y medio plazo». Y añade que «aunque se enfrentan con grandes dificultades económicas en los últimos años, las Pymes españolas también se han beneficiado de una serie de cambios positivos de política, tales como mejores condiciones marco y el apoyo financiero para los empresarios».
La Comisión también apunta que la transposición y aplicación de la legislación de la UE es relativamente más rápida en España que en la UE, atendiendo a los datos de la media del continente. De todos modos, el Estado español «requerirá mejoras significativas en el acceso al crédito», subraya el informe. Por ejemplo, en el sector de la construcción, el número de préstamos denegados aumentó de un 16 a un 21 por ciento en los años de la crisis.
Grandes afectadas por la crisis
Solamente en 2012, las Pymes sufrieron la pérdida de 610.000 puestos de trabajo en la Unión Europea, es decir, un retroceso del 0,7 por ciento en comparación con 2011. Su contribución al PIB descendió en un 1,3 por ciento, desde los 3,44 billones de euros en 2011 hasta los 3,39 billones de euros de 2012.
Aun así y según la Comisión, las Pymes europeas han demostrado una capacidad de recuperación más significativa que las grandes empresas al principio de la crisis, es decir, en el período 2008-2011. Sin embargo, conforme iba avanzando la crisis, las Pymes comenzaron a recuperarse más despacio que las grandes compañías. La diferencia de rendimiento refleja la debilidad de la demanda interna, que es un motor clave del mercado para estas empresas, mientras que las grandes compañías se han beneficiado de un mejor comportamiento de las exportaciones.
Los 20,4 millones de Pymes europeas desempeñan un papel importante en la economía, afirma la Comisión. Se trata en su mayor parte de microempresas que daban trabajo a aproximadamente 86,8 millones de personas en 2012, es decir, el 66,5 por ciento de todos los puestos de trabajo en ese año. Las microempresas aportan algo menos de un tercio de esa cifra total de empleo. El sector de las Pymes en su conjunto produjo el 57,6 por ciento del valor añadido bruto generado por la economía privada no financiera en Europa durante 2012.