La Unión Europea (UE) celebrará en Bogotá la entrega del Premio Nobel de Paz 2012 con una caminata que saldrá este domingo del Parque Nacional, a las 8:30, y terminará en la Plaza de Bolívar.
La embajadora de la UE en Colombia, Maria Antonia van Gool, y los embajadores de la la zona euro encabezarán la caminata. El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, también participará en este evento que promueve un mensaje de paz al pueblo colombiano», según han anunciado los organizadores en un comunicado oficial.
La Unión Europea, el Nobel de Paz y sus retos con Colombia
(comunicado de prensa de la embajada de la UE en Bogotá)
Este lunes, cuando el Comité Noruego entregue el Premio Nobel a la Unión Europea, como reconocimiento al esfuerzo hecho por nuestras instituciones y los ciudadanos por más de sesenta años promoviendo la paz, la reconciliación y el respeto de los derechos humanos, no solo nos sentiremos orgullosos y comprometidos con nuestros más de 500 millones de habitantes, sino también recordaremos los esfuerzos desplegados por la UE para promover la paz en todo el mundo, más allá de las fronteras comunitarias.
El Comité Noruego destacó la experiencia de la UE y cómo "a través de esfuerzos bien dirigidos y mediante la construcción de la confianza mutua, los enemigos históricos pueden convertirse en socios más cercanos". No olvidemos que el continente europeo experimentó en el siglo pasado las más grandes violaciones a los derechos humanos, pero así mismo las secuelas de la Segunda Guerra Mundial nos llevaron a buscar una nueva Europa que representa "la fraternidad entre las naciones" y que aún seguimos construyendo.
El aprendizaje del pasado nos ha llevado a una fraternidad que nos compromete no solo a defenderla como un valor que une a los 27 países miembros, sino también nos conmina a apoyar la paz de países vecinos a la UE y nos lleva a invitar a otras naciones a que la busquen o a respaldar los esfuerzos de entendimiento y paz.
Somos conscientes, como lo recalcó el Comité en su decisión, que "la UE se encuentra en graves dificultades económicas y un considerable malestar social", pero lo que resaltó el Comité fue "el éxito de la lucha por la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos. El papel estabilizador desempeñado por la Unión Europea ha ayudado a transformar la mayor parte de Europa de un continente de guerra a un continente de paz".
Es así como nuestra presencia en Colombia, a través de la Delegación de la Unión Europea y de las embajadas de los estados miembros, no puede ser ajena al compromiso de contribuir a la paz y la reconciliación en un país que lleva más de cinco décadas con un conflicto armado interno. Europa lo vivió en su pasado cuando en particular Alemania y Francia se enfrentaron durante un periodo de sesenta años en tres guerras. Hoy día vemos impensable otra guerra. De enemigos históricos pasaron a ser amigos cercanos, socios que comparten y compartimos un ideal de paz.
La Unión Europea ha respaldado a Colombia en cualquier iniciativa que busque una solución pacífica negociada al conflicto armado interno que todavía vive el país. No sólo se han invertido dineros en la búsqueda de un mejor desarrollo y una mayor equidad, sino que con los Laboratorios de Paz, que cubrieron regiones como el Magdalena Medio, Oriente Antioqueño, Alto Patía, Montes de María o departamentos como Meta o Norte de Santander, se buscó respaldar al Estado, sus instituciones y sus ciudadanos para favorecer experiencias que buscaban la reconciliación y la reconstrucción del tejido social en zonas afectadas por el conflicto.
La primera experiencia en este sentido, en coordinación con otros programas de los estados miembros, se dio con el Laboratorio de Paz en el Magdalena Medio. Se intervino en 30 municipios de los departamentos de Santander, Antioquia, Cesar y Bolívar. Este fue el primer programa en su género (Programa de Desarrollo y Paz) apoyado por la Unión Europea, con una contribución de 34,8 millones de euros. Su apuesta estaba en el apoyo europeo a la construcción de paz en Colombia en medio del conflicto, desde una visión de desarrollo incluyente y sostenible, consolidación de la población en su territorio y el respeto de los derechos humanos, sin intervención armada.
Los logros y sentir la fuerza de los colombianos y su enorme capital humano nos invitaron a ampliar estas experiencias a otras regiones. No nos arrepentimos, porque gracias a los otros laboratorios de paz se lograron fondos adicionales en el marco de los programas de Desarrollo, Paz y Estabilidad I y II que, con un presupuesto de la UE de 34 millones de euros, han estado fortaleciendo proyectos adelantados en el departamento del Meta y otras regiones como el Magdalena Medio, el oriente Antioqueño, el Macizo colombiano –Alto Patía-, Norte de Santander y Montes de María. Las experiencias más positivas y las que más éxito mostraron frente a otras alternativas de construcción de paz se siguieron impulsando o replicando.
Pero estos esfuerzos de paz no han terminado aquí ni terminarán. En la actualidad estamos implementando el programa de Nuevos Territorios de Paz, por un monto de 30,4 millones de euros, el cual está enfocado a impulsar iniciativas de construcción de paz, fortalecimiento institucional, derechos humanos y generación de ingresos en los departamentos de Caquetá, Guaviare y las regiones del Canal del Dique y del Bajo Magdalena, al sur de Bolívar. Es otro reto, otras regiones y otros socios estratégicos, pero un mismo fin: fraternidad, paz, reconciliación y reconstrucción. Este es el anhelo de todos los colombianos. Al final es contribuir a que la paz y el desarrollo regional sostenible se conviertan en política pública.
Podríamos seguir con otra larga lista de proyectos respaldos por la Oficina de Ayuda Humanitaria (Echo) que han beneficiado a la población desplazada, o los proyectos apoyando la defensa y los defensores de los derechos humanos, incluso el trabajo con niños víctimas del conflicto armado, por el que Colombia hace parte, entre otros 18 países, de la estrategia de implementación de la UE y de las directrices sobre 'Niños y los conflictos armados', del año 2008.
El tema de la niñez le preocupa a la UE porque en los niños está el futuro de Colombia. Es un tema transversal enfocado hacia la prevención, protección y rehabilitación y reintegración. La Unión Europea sigue y seguirá trabajando en función del desarrollo, la equidad y atacar las bases del conflicto. De hecho muchos de los conflictos armados suelen tener su origen en la extrema pobreza, la marginación, la discriminación y los conflictos por recursos limitados; en un gran número de casos estas son las mismas razones que incitan a los niños a alistarse a las fuerzas y grupos armados.
Por eso para nosotros es esencial apoyar iniciativas que protejan a los niños durante los conflictos en su contexto directo tan intensamente como sea posible, para protegerles todos los derechos fundamentales y evitar que estos les sean violados. También es necesario garantizar una transición lo menos problemática posible a la fase posterior del conflicto, en la que se desarrollan actividades de cooperación. La prevención en dicha fase debería tener como objetivo evitar un resurgimiento del mismo. Para ello deben abordarse sus causas profundas. Es esencial impedir el reclutamiento, la violencia sexual y el asesinato y mutilación de los niños.
En Colombia se han adelantado también proyectos con niños y esperamos que podamos lograr presupuestos adicionales hacia futuro, incluso tocar parte del Premio Nobel. No olvidemos que la Unión Europea, siendo consciente de que los niños son el futuro de cualquier sociedad y al mismo tiempo uno de los grupos más vulnerables, destinará el dinero del premio a los niños víctimas de los conflictos violentos.
El tema de la implementación de la Ley de Víctimas y el capítulo de restitución de tierras es otro donde la Unión Europea en Colombia ha estado apoyando los esfuerzos del Gobierno, no sólo respaldando la adjudicación de títulos y la legalización de las mismas sino también siempre desde la perspectiva de la reducción de las condiciones de violencia en el territorio y en la generación de oportunidades de desarrollo económico y social en las diferentes regiones de Colombia.
Así, en este enfoque siempre de paz y entendimiento, nuestra cooperación con Colombia en materia de desarrollo rural se dirige a iniciativas centradas en el desarrollo integral del campo con enfoque territorial, en el fortalecimiento de las economías campesinas, en el fortalecimiento de encadenamientos productivos y en la legalización en la tenencia de predios y ordenamiento en el uso del territorio.
Estas iniciativas que ya hemos comenzado a trabajar en regiones como los Montes de María o en el Meta, entro otros, se enmarcan dentro de la política de tierras y desarrollo rural del gobierno colombiano y del reto de luchar contra la pobreza y la inequidad. En esta línea nuestra ayuda se convierte en una inversión inteligente a nuestro futuro común en un mundo globalizado, porque erradicar la pobreza es una de las mejores opciones para contribuir a los desafíos de un mundo mejor, tal como lo intenta la Unión Europea y lo busca Colombia mediante el camino a la reconciliación.
Creo que lo más importante es realzar que estas iniciativas serían imposibles de realizar sin el apoyo, la voluntad y la participación de los colombianos y de sus dirigentes. Sabemos bien que el reto de la paz para Colombia sigue exigiendo lo mejor de todos y la voluntad tanto de todos los colombianos como de la Comunidad Internacional. Pero también nosotros, como Unión Europea, somos conscientes, insisto, en que este Nobel nos compromete más con la paz de otros países más allá de nuestras fronteras.
Finalmente, por eso insistimos en que la UE sigue dispuesta a ayudar al Gobierno colombiano, las instituciones del Estado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales para apoyar actividades que promueven la paz, la verdad, la justicia, la reparación y la reconciliación. Colombia es un país que después de cincuenta años, como diría su premio Nobel de literatura, merece un mejor futuro, un país donde "sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra".