Esta ayuda macrofinanciera sigue el camino de otras acciones que tratan de paliar la profunda recesión en la que se encuentra Ucrania, acentuada por la debilidad de la balanza de pagos y su situación presupuestaria. El ejecutivo ucraniano deberá seguir aplicando las directrices impuestas por el FMI y la Comisión Europea si quiere que el desembolso de la ayuda sea efectivo, además de establecer con la UE un memorando de entendimiento .
Entre las medidas más importantes establecidas por la Comisión Juncker está el saneamiento presupuestario, la continuación de reformas de gran alcance en los sectores bancario y energético, así como la mejora de la gestión macroeconómica global. También será necesario reforzar la transparencia del país, promover reformas judiciales y la lucha contra la corrupción, con el objetivo de crear un caldo de cultivo idóneo para la creación de empleo y el crecimiento económico.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha insistido en que «Ucrania no está sola» y que apoyan «la agenda reformista del nuevo Gobierno». Sobre las ayudas, ha asegurado que la solidaridad va ligada al «compromiso de llevar a cabo las reformas que con tanta urgencia se necesitan en Ucrania. Queremos ayudar al Gobierno ucraniano a poner en práctica un programa de reformas que suponga un cambio real para el país y sus ciudadanos» expresó.
En caso de ser aprobado, este paquete de ayuda podrá aplicarse durante el transcurso del año 2015 o principios de 2016, y sería la tercera ayuda que se concedería a Ucrania desde 2010. Durante el pasado año se desembolsaron más de 1.300 millones de euros, de los cuales los últimos 250 millones concedidos, se harán efectivos en la primavera de este año siempre y cuando se apliquen con éxito las medidas acordadas con el FMI.
Además de brindar un apoyo económico, la Unión Europea ha tratado de ayudar a Ucrania mediante preferencias comerciales, ayuda humanitaria, ayudas al desarrollo y apoyo presupuestario a las reformas.