La probable muerte de más de 700 personas en el Mediterráneo, ha cambiado drásticamente la agenda de la reunión de ministros de Exteriores de la UE convocada hoy en Luxemburgo. La sesión ha empezado con un minuto de silencio, abordando la situación en Libia, de dónde salen la mayoría de embarcaciones rumbo a Europa. Asimismo, tras una sesión en la que también han asistido los titulares de Interior, el presidente del Consejo, Donald Tusk, ha decidido convocar una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno el próximo jueves para abordar la dramática situación que viven las fronteras europeas.
La discusión centrada en Libia, no era hasta hace unas horas una mención al final de la agenda de hoy. Sin embargo, la tragedia en el Mediterráneo en que según se cree, han muerto al menos 700 personas, ha dado un vuelco. «Creo que es nuestra responsabilidad moral, tenemos una responsabilidad como europeos», ha explicado Mogherini a su entrada a la reunión. «Aquí se están juntando todas las tragedias que uno puede imaginar. La pobreza, la inestabilidad política y la guerra. En este momento hay mas refugiados y desplazados de los que hubo en la Segunda Guerra Mundial», ha asegurado el titular español José Manuel García-Margallo. Además, según ha recordado el ministro, es una situación que se ha agravado por la inestabilidad política con el auge del yihadismo, especialmente del autodenominado Estado Islámico. Margallo también ha avanzado que España propondrá, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, una declaración en Naciones Unidas.
Las redes mafiosas que trafican con personas aprovechan el buen tiempo para enviar más barcos hacia Europa. «No tenemos ni el dinero, ni el apoyo político para aumentar el presupuesto de Frontex», aseguraba la semana pasada una portavoz de la Comisión Europea. Todos los ministros han insistido hoy en la necesidad de luchar contra un fenómeno que sobrepasa a los países de la UE por la llegada de inmigrantes, como Italia, Grecia y España, que piden ayuda a la UE. En mucho casos, como ha asegurado el primer ministro italiano, Matteo Renzi, su país ha estado solo.
Sin embargo, tras ocho años en los que la situación sobre inmigración no había formado parte de la agenda de los ministros de Exteriores, como ha recordado Mogherini, se abordó la situación en el pasado encuentro, especialmente de Libia, de donde parten la mayoría de embarcaciones en su viaje hacia Europa. Un país que se encuentra sumido en una grave crisis política, lo que facilita a las mafias la salida de personas.
El español Bernardino León, enviado especial de la ONU, intenta aunar esfuerzos para que las dos facciones en el poder lleguen a un acuerdo y creen un gobierno de unidad nacional. Eso facilitaría que la UE tuviera un interlocutor con el que tratar la crisis migratoria. «Solo estas grandes tragedias son las que nos empujan a actuar», ha reconocido Mogherini, quien se ha congratulado por la decisión del presidente del consejo europeo, Donald Tusk, de convocar una cumbre extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno el próximo jueves para tratar el tema.
En el encuentro, los líderes europeos podrán debatir sobre las diez nuevas medidas propuestas por el Ejecutivo comunitario, «un pilar fundamental» de la nueva Agenda Migratoria que Bruselas presentará el próximo mayo. El documento, de diez puntos, se centra especialmente en el aumento del presupuesto de las operaciones de vigilancia de fronteras como Tritón y Poseidón, una de las mayores críticas que hasta ahora ha recibido la UE, era la falta de una unidad especial de ayuda a los países que más flujos migratorios reciben, como Italia y Grecia, así como reforzar Frontex.
Mogherini ha explicado que ha habido sobre todo consenso respecto a la lucha contra las mafias que trafican con personas, el refuerzo de la misión de salvamento de personas, y la necesidad de compartir responsabilidad entre todos los Estados miembros. «Tras los ataques de París el pasado enero, desarrollamos en la UE un verdadero sentimiento de unidad y urgencia para atacar el terrorismo. Hoy puedo decir que hemos desarrollado este mismo sentimiento de unidad y urgencia para actuar contra el tráfico de seres humanos y para salvar vidas. A nivel personal, quisiera añadir que ya era hora», ha reflexionado la jefa de la diplomacia europea.
Los acontecimientos de las últimas horas han diluido una cita que estaba centrada en abordar las relaciones entre América latina y la UE, con especial mención a la situación de Cuba, Colombia y Venezuela. No obstante, los países han mantenido una discusión abierta para una región en la que los Estados «no pueden perder ninguna oportunidad», ha señalado Mogherini, en especial, por los cambios que se están produciendo, por ejemplo, en Cuba.