Van Rompuy hablaba en una cumbre empresarial celebrada en Bruselas, en la que también han participado los primeros ministros de Italia y Bélgica, Mario Monti y Elio di Rupo. Allí el presidente de la UE ha justificado las medidas de ajuste y las reformas estructurales para mejorar la competitividad de los países europeos. Ha dicho además que hay cuatro frentes que determinan las condiciones del crecimiento: la innovación y la investigación, el crédito bancario, los mercados laborales y el comercio internacional.
Pero van Rompuy añade una quinta «pata» necesaria y clave que «es invisible y se olvida fácilmente cuando las cosas van bien» y es la estabilidad. «Estabilidad política, social, económica y financiera». Desde ese punto de vista, ha defendido las reformas llevadas a cabo en España, Portugal, Grecia o Finlandia y ha alabado la rápida forma de crear empleo en los países bálticos, incluso fuera del euro.
Con esa base, ahora hay que crear puestos de trabajo y van Rompuy ofrece los tres pasos necesarios para conseguirlo: formación adecuada antes y durante las carreras para cubrir la brecha entre el colegio y el empleo; facilitar la inmersión de los jóvenes en el mercado laboral con aprendizaje, experiencia y primeros contratos; y tercero, ir donde estén los puestos de trabajo.
El presidente del Consejo Europeo confirma tajante que «la era de un empleo para toda la vida ha terminado» y dice que hay un impresionante número de empleos vacantes en Alemania, el Reino Unido y otros países de Europa que demuestra la escasez de mano de obra. De ahí su idea del Erasmus para el empleo, sobre la que ya se trabaja en la Comisión Europea.
Y la UE puede contribuir porque van Rompuy reconoce que se pueden tener ideas, mercados y personal especializado, pero sin capital, no se está en ninguna parte. La financiación es clave y ahí están los fondos comunitarios o el Banco Europeo de Inversiones.