La Eurocámara es la gran derrotada porque pedía un aumento de gasto del 5,2%, pero ha tenido que plegarse a las circunstancias de la crisis por pura coherencia. El acuerdo alcanzado contempla unos créditos de pago por 129.000 millones de euros cuando el Parlamento pedía 133.000 millones, y unos compromisos por importe de 147.200 millones, es decir, 500 millones menos de lo que pedían la Comisión y los eurodiputados y 900 más de lo que en principio estaban dispuestos a dar los 27.
Con estas cuentas, quedan en el aire los fondos de ayuda comprometidos, según el comisario de Presupuesto, Janusz Lewandowski: «Ahora nos arriesgamos a que la Comisión Europea se quede sin fondos a lo largo del año próximo, y por lo tanto no será capaz de cumplir sus obligaciones financieras para con los beneficiarios de los fondos de la UE».
En cualquier caso, el comisario justifica el acuerdo final, por «tratarse de un presupuesto de austeridad, ya que la mayoría de los estados miembros se encuentran en mitad de una seria crisis financiera». El proyecto consensuado supone solo el 0,98% del PIB.
La negociación se ha apurado hasta el último momento y el acuerdo se alcanzó la madrugada del sábado, tras once horas de tira y afloja, porque el lunes se acaba el plazo y, de no haber acuerdo, la Comisión estaría obligada a presentar otra propuesta. Ahora, el borrador aprobado podrá ser ratificado por los ministros de Economía el próximo día 30.