Los líderes europeos han acordado que el fondo de rescate para países en crisis sea permanente. Eso exige una mini reforma del Tratado de Lisboa, que entró en vigor justo hace un año.

La reforma consiste en incluir un párrafo al artículo 136 del Tratado, que quedará de esta forma: Los Estados miembros cuya moneda es el euro podrán establecer un mecanismo de estabilidad que será activado si fuera indispensable para salvaguardar la estabilidad de la zona euro en su conjunto. La concesión de cualquier petición de ayuda financiera bajo el mecanismo estará sujeta a estrictas condiciones.

Los ministros de Economía serán ahora los encargados de fijar la dotación y las condiciones de uso de ese mecanismo permanente, ahora dotado con 750.000 millones de euros, de los que la Comisión pone 60.000 millones, el acuerdo de los gobiernos conocido como la Facilidad europea, 440.000 millones; y el Fondo Monetario Internacional, 250.000 millones.

Está previsto que el actual fondo de rescate esté en vigor hasta 2013. Para entonces se tendrá que haber reformado el Tratado de Lisboa y ratificado por los Estados miembros, con la modificación acordada ahora. Se confía en que al no hacer mención alguna a la soberanía, pueda aprobarse en todos los Parlamentos nacionales, sin necesidad de pasar por referendos con dudosos resultados.

En la cena de los 27 se han estudiado fórmulas de apoyo a la moneda única. El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha explicado a sus socios las últimas medidas de ajuste adoptadas y espera una declaración de apoyo del Consejo.

También se ha estudiado la emisión de eurobonos, que propone el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y respalda el Parlamento Europeo, pero la clara oposición de Alemania y Francia, a la que ya se han sumado otros países, hace inviable la medida por ahora. Estos opinan que los eurobonos requieren una revisión más profunda del Tratado de Lisboa, además de fomentar la indisciplina fiscal de los Estados. El presidente de Hungría, Viktor Orban, próximo presidente de la UE, ha declarado que el asunto no forma parte del programa de su presidencia rotatoria.