Tras una conversación telefónica con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el presidente del Consejo europeo, Herman van Rompuy, ha expresado su apoyo a las medidas italianas «Apoyo plenamente y saludo las medidas financieras oportunas y rigurosas» y ha añadido que esas medidas son «crucialmente importantes no solo para Italia sino para toda la Eurozona».

Entre los ajustes Roma va a implantar la llamada «contribución de solidaridad», que grava con un 5% a los salarios que superen los 90.000 euros al año y con un 10% a los que pasen de 150.000 euros. También habrá menos parlamentarios y con menos sueldo. Se gravará con un 20% a los que superen los 150.000 euros anuales.

El recorte también llegará a las provincias. Se suprimirán aquellas que tengan menos de 300.000 habitantes o menos de 3.000 kilómetros cuadrados de superficie. La edad de jubilación pasará de 65 a 67 años para los hombres y de 62 a 67 para las mujeres en los próximos cinco años. En 2050 podría llegar a los 70 años. El gravamen de los rendimientos financieros, excluyendo los títulos de la deuda pública, pasará del 12,5% al 20%,

Silvio Berlusconi se ha comprometido además a introducir en la Constitución la obligación de que las cuentas estén equilibradas al cierre de cada ejercicio.

Por su parte el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, también ha hablado este fin de semana para el semanario «Der Spiegel» para decir que «no habrá una salvación a cualquier precio». Rechazó expresamente los eurobonos que para el ministro no son deseables mientras que cada país desarrolle su «propia política de finanzas» y mientras que sean necesarios «los diversos tipos de interés para que haya estímulos y mecanismos de sanción para forzar la consolidación».